El agua es un elemento básico para la existencia del ser humano. Al agua también se la denomina la sangre de la naturaleza, se llama así porque de ella depende el desarrollo de la vida orgánica, vegetal y animal.
El agua potable que bebemos suministra minerales sustanciales, como el sodio, potasio, magnesio, cloro, azufre, fósforo; así como flúor y calcio que sirven para fortificar los huesos y los dientes. La mejor agua para tomar es el agua alcalina, porque tiene una cota de PH más alto que el agua corriente. Según los analistas puede anular el ácido en el torrente sanguíneo, lo que ayudaría a eludir enfermedades como el cáncer y patologías cardiacas.
Incentivar la acuicultura en Santa Elena
Todas las aguas que existen en la tierra proceden del vapor condensado en forma de lluvia o nieve. El agua abarca el 70 % de la corteza terrestre, comprende los mares, ríos y lagos. De las fuentes con las que cuenta la naturaleza es complicado encontrar agua que cumpla con los límites de potabilidad. Desde este punto de vista la necesidad de tratar el agua es un imperativo para la bebida y otros usos domésticos.
Publicidad
El agua es potable cuando está libre de contaminación bacteriana o parasitaria y cuando el contenido de sustancias químicas le permite ser apta para el consumo humano. Mediante el mecanismo de potabilización se consigue convertir el agua dulce en agua potable, gracias a la eficacia de sus minerales.
En cuanto al ser humano, dos tercios del peso total del cuerpo de una persona está compuesto de agua. La pérdida del 10 % de esta conduce a una situación grave y la pérdida del 20 % generalmente es fatal. El adulto normalmente elimina dos litros diarios de agua principalmente en forma de orina, sudor, vapor de agua (por medio de la respiración) y con las heces. El organismo tiende a mantener el balance de agua donde existen importantes elementos químicos como sodio y potasio.
Sedimento del río Guayas enemigo silencioso
¿Y cuánta agua se debe beber al día? Según la OMS es recomendable beber alrededor de dos a tres litros de agua a diario, lo que equivale a ocho vasos de agua diarios. No obstante, el consumo de agua puede variar por la edad, sexo, contextura y actividad física que realice la persona, también puede variar por las condiciones climáticas.
Publicidad
Desde épocas remotas, el agua además de ser considerada esencial para la subsistencia ha servido también para prevenir y curar las diferentes patologías producidas por el hombre.
No hay remedio más benéfico que el agua. En los estudios que realizó Vicent Priessnitz, considerado el padre de la hidroterapia, se estableció que en ciertas condiciones el agua fría produce calor, y que cuando se emplea agua fría no es el frío el que cura sino la reacción del calor que esta produce; con mucha razón exponía el mencionado científico, que las enfermedades se curan mejor por fuera que por dentro del cuerpo.
Publicidad
Existen algunos modos de aplicar el agua con fines terapéuticos: lavados, envolturas, baño genital, baño restaurador, compresas, cataplasmas, baños de vapor y enemas. Uno de los métodos de hidroterapia muy cómodo y práctico es la frotación de la toalla húmeda en el cuerpo, por las mañanas y por las noches antes de acostarse, es un ejercicio con resultados muy positivos aparte de actuar como relajante muscular y nervioso activa la circulación y previene enfermedades que afectan al sistema respiratorio. (O)
José Franco Castillo Celi, psicólogo y médico naturalista, Guayaquil