Gary Becker, ganador del Premio Nobel de Economía en 1992, planteaba que los criminales cometen delitos siempre y cuando la utilidad esperada de dicho delito sea mayor que la utilidad esperada por realizar otras actividades (no criminales). Partiendo de esta premisa: ¿para un ladrón es más rentable (fácil) robarle el celular u otro bien a una persona en vez de trabajar para obtenerlo? Si la respuesta es “sí”, preguntémonos: ¿la probabilidad de ser capturado es alta o baja? Si la respuesta fue “baja”, planteemos una pregunta más: ¿cuál es la probabilidad de que al ser capturado un juez lo libere inmediatamente?
Pirotecnia, drogadictos y motociclistas
Probablemente lo que pensemos ante estas interrogantes es que el crimen puede trabajar fácilmente en el país.
Esta situación jamás se resolverá con estados de excepción seguidos, toques de queda o militares en las calles, pues la verdadera seguridad no se trata de tener un militar al lado para evitar ser víctima de la delincuencia. La verdadera seguridad existe cuando nos sentimos seguros de poder realizar nuestras actividades comunes sin ningún miedo, sabiendo que en caso de que pase algún crimen la policía llegará y existirá un responsable pagando su respectiva condena.
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Para hacerlo, es hora de que se les ofrezca a los ciudadanos más garantías para poder denunciar, los patrullajes deben ser con propósitos, incluso deberían hacerse encubiertos, tanto en buses como en los lugares frecuentes de robo para que la delincuencia vea que las probabilidades de ser atrapados se incrementan.
De momento, nos queda soñar con un Ecuador más seguro y esperar que el Gobierno actual o el que venga pueda actuar con mano dura ante la delincuencia. Necesitamos trabajar nuevas soluciones a los nuevos problemas. No podemos seguir enfrascados en seguir haciendo lo mismo. (O)
Ernesto Francisco Palacios Quinto, economista y emprendedor, Guayaquil