Vemos en la actualidad una vida acelerada en todos los órdenes, queremos las cosas como para ayer, vamos a toda prisa, y no nos detenemos a pensar un poquito, ¿por qué tengo que hacer esto?, ¿esto me ayuda a crecer como persona?, ¿contribuye a la sociedad?
Como bien decían nuestros mayores, el apuro trae cansancio, o no por madrugar más, amanece más temprano; la cosas hay que tomárselas con calma, hay cosas que merecen un análisis y meditación profunda para tomar decisiones, sopesando los pros y los contras, lo cual no dilata el asunto, sino al contrario nos ahorra tiempo al tomar decisiones precipitadas. (O)
Publicidad
Cristhiam Carpio Castro, Guayaquil