Inspirados por la invitación de Nelsa Curbelo en su editorial del 16 de julio, a mirar a Guayaquil más allá de sus héroes de bronce, nos sumamos a su llamado. Porque la ciudad no solo late en los grandes nombres de la historia, sino en las manos anónimas que día a día sostienen su tejido social, puntada a puntada.
En este cierre de las fiestas julianas, Fasinarm quiere celebrar esa otra llama que hierve: la que se alimenta de constancia, generosidad y colaboración. Durante más de 59 años, este espacio ha sido un milagro compartido, nacido de un acuerdo invisible entre quienes creen que juntos se puede cambiar un destino.
En Fasinarm se vive la mejor versión de un pacto tripartito: Estado, sociedad civil y tercer sector trabajando al unísono. Aquí, el Estado hace visible el derecho de todos a educarse y formarse de acuerdo a sus necesidades; el Municipio acompaña con su responsabilidad; la sociedad civil, el sector privado y los ciudadanos suman voluntades.
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La misión de nuestra institución de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y síndrome de Down ha sido abrazada por todos los sectores. Padres, madres, profesionales, voluntarios, niños, niñas, jóvenes y adultos que luchan, no solo por hacer respetar sus derechos, sino por cumplir sus obligaciones. Cada uno de ellos es como una gota en este hervidero de esperanza.
La inclusión laboral, uno de nuestros grandes orgullos, es como abrir compuertas: cuando un estudiante entra al mundo laboral, no solo cambia su vida, sino que transforma la cultura de la empresa, desarma prejuicios y abre nuevas corrientes para quienes vienen detrás.
Quedan mareas por enfrentar, pero hoy, en medio de la violencia y la incertidumbre, hacemos una pausa para celebrar. Porque estos logros silenciosos, aunque no llenen titulares, son raíces firmes que sostienen la ciudad.
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Parafraseando a Gandhi: la grandeza de una nación se mide también por la forma en que trata a sus miembros más vulnerables.
Que viva Guayaquil y que viva la grandeza que nace, discreta y persistente, de la colaboración. (O)
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Laura María Noboa de González e Isabel Cueto de Guarderas, de Fasinarm, Guayaquil.