En Guayaquil cada año sentimos con más fuerza los efectos del cambio climático: temperaturas extremas, lluvias irregulares e inundaciones. Esta situación, lejos de ser pasajera, refleja una crisis global que nos afecta directamente y que ya no podemos seguir ignorando.
Las recientes olas de calor han puesto en riesgo la salud de miles de guayaquileños, especialmente de niños y adultos mayores. Además, nuestras infraestructuras no están preparadas para resistir estos extremos climáticos. Es evidente que la ciudad necesita con urgencia un plan integral de adaptación y mitigación climática.
Es hora de que nuestras autoridades locales prioricen esta problemática. En Guayaquil necesitamos más áreas verdes, sistemas de alerta temprana eficientes, educación ambiental en escuelas y una gestión urbana sostenible. Pero también necesitamos que la ciudadanía se involucre: reciclando, ahorrando energía y exigiendo políticas responsables.
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La ideología del sentido común en la gestión gubernamental
El cambio climático no es un tema lejano ni ajeno. Nos está afectando hoy y amenaza nuestro futuro. Guayaquil debe liderar con el ejemplo y convertirse en una ciudad resiliente y comprometida con el medioambiente. (O)
Iván Chacaguasay, Guayaquil