Me encanta Botero, por su forma de pintar, porque ha conseguido que sus pinturas y esculturas se pueden reconocer instantáneamente como ‘boteros’, incluso por los más neófitos. Me encanta Botero por su forma de defender lo correcto, lo digno y lo humano como en su serie de pinturas denunciando las torturas de militares estadounidenses a detenidos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.
Me encanta Botero porque he estado en Medellín y he paseado por ese bosque de boteros al aire libre tratando de devolver algo de lo mucho que le dio Colombia.
Botero, el ‘estudiante de arte pobre’ que se inició copiando a los grandes artistas de Europa
Me encanta Botero, pero nunca podré poseer una de sus obras originales. Me contentaré con visitarlo en museos, galerías y espacios abiertos y presentarle todos mis respetos. (O)
Publicidad
Luis Peraza Parga, Houston Texas, EE. UU.