La salud pública en nuestro país está en crisis. No puede haber sistema sanitario público sin códigos de bioética y sin cumplir el juramento hipocrático inmutable desde hace más de dos milenios por parte de los profesionales médicos hacia sus pacientes.

La bioética estudiará por lo tanto la ética, la bondad o maldad de las acciones que los médicos influyen y modifican la calidad y vida de los pacientes.

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La ética según el Diccionario de la Real Academia Española la define como la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre con los demás. Y lo moral es lo relativo a las acciones del ser humano desde el punto de vista de la bondad o malicia.

¡Sí son clientes!

El médico como tal, con su juramento hipocrático y su ética médica nunca debería abandonar el primer objetivo, el respeto a sus pacientes, que debe ser prioritario y absoluto. En el otro extremo están los médicos inescrupulosos que han sacrificado al paciente, para lograr un resultado que económica o profesionalmente le proporcionará fortuna y gloria, aunque fuese destrozando vidas humanas.

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La bioética lucha por una parte por la dignidad e integridad de los pacientes, y por otra descubre que la salud no es un privilegio, sino un derecho humano universal. El principio fundamental de la bioética es el del respeto a los pacientes. Actuar con bioética en la salud pública de un país, es fundamental que todos los involucrados, autoridades sanitarias, médicos y demás servidores sanitarios públicos, actúen con un marco de principios y valores que orientan a las decisiones trascendentales que afectan a comunidades enteras, no solo a individuos.

La salud pública de un país afecta a millones de personas, en consecuencia las políticas sanitarias no solo tienen que ser efectivas desde el punto de vista médico y epidemiológico, sino también justas, humanas y respetuosas de la dignidad y derechos de los pacientes, porque la salud no es un privilegio, sino un derecho humano universal.

Al rescate del IESS

El derecho de los pacientes a un sistema sanitario público de calidad han sido vulnerados, por la toma de malas decisiones en el manejo de la salud pública.

El desafío actual de la bioética en la salud pública en nuestro país debe centrarse en el principio de justicia, para usar racionalmente los recursos disponibles del Estado e invertirlos de manera responsable y humanamente sensible en la planificación, ejecución y evaluación de políticas sanitarias.

Estimados lectores, un enfoque bioético puede ayudar a proteger al sistema de salud pública contra decisiones motivadas por intereses políticos o económicos que pueden perjudicar el sistema sanitario público del Ecuador.

En resumen, la bioética actúa como una brújula moral y social que guía la salud pública hacia un equilibrio entre ciencia, justicia y humanidad, ayudando a crear sistemas sanitarios más justos, eficaces y dignos.

Derivaciones de los hospitales del IESS

Una propuesta puede ser la creación de comités de bioética en los principales hospitales públicos en Ecuador, tanto los del IESS como los del MSP, con la participación de miembros de los mismos hospitales con dos cualidades: la honradez y el ser perito en la materia que tratan, para que exista eficiencia y los resultados puedan ser palpables en un corto plazo.

La estructuración de un sistema de atención de la salud pública efectivo y equitativo, que desarrolle acciones técnicamente apropiadas, políticamente factibles y bioéticas sustentables sin separarse del ejercicio de una medicina eficiente, tecnológica y a la medida del hombre, es decir humanizada, es necesaria. (O)

Jaime Galo Benites Solís, clínico intensivista, Samborondón