Estamos iniciando un nuevo año lectivo en el ciclo Costa en nuestro país.

A pesar de no poder todavía regresar a las aulas de manera presencial, eso no es obstáculo para que las aulas entren a cada uno de los hogares convirtiéndose en escuelas domésticas. Estamos llamados a amar el tiempo que nos ha tocado vivir con sus circunstancias, dejándonos iluminar —en el estudio, las clases— por los grandes personajes y acontecimientos de la historia, para poder a su vez reflejar esa luz y proyectarla sobre los demás y sobre las realidades lúgubres que se puedan presentar, dando sentido a la misma vida; porque la educación no solo nos libera, nos transforma, sino que nos da alegría. (O)

Cristhiam Armando Carpio Castro, Daule