Hoy me puse a meditar en el silencio y la paz me embargó todo el cuerpo.
Escuché hace algunos días una carta que le mandaba Einstein a su hija, en la que le decía que el amor es la mayor energía que mueve el mundo. Y tiene toda la razón, todo lo que se hace con amor es luz, es inspiración, es paz, es satisfacción.
Pero Einstein murió el año 1955 a los 76 años de edad, o sea, nació dos años antes que Pierre Teilhard de Chardin, sacerdote jesuita, francés, filósofo y científico, quien también escribió sobre la “energía del amor”. Él decía que algún día, cuando hayamos controlado la energía de los vientos, del agua, del aire, de los volcanes, tendremos que dominar para Dios la energía del amor.
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Incluso Pierre Teilhard de Chardin entendía que la materia y el espíritu son dos aspectos distintos de una misma esencia cósmica, la una es consustancial con la otra, el espíritu se manifiesta a través de la materia (cuerpo) y la materia se manifiesta a través del espíritu, no pueden manifestarse el uno sin el otro, la melodía se manifiesta a través de la guitarra, el violín, el bandoneón, la cítara, etc.
Hoy vemos cuán importante es aprovechar todas las fuentes de energía, como son el agua, el aire, el sol y los volcanes, para hacer posible la eliminación de la oscuridad y los tan desagradables apagones.
Todo fue hecho por Dios, así que aprovechemos inteligentemente toda esta energía gratuita y distribuyámosla con amor a nuestros semejantes, recuerden también que el amor es una energía gratuita que embriaga nuestro espíritu que todos llevamos dentro, solo tenemos que darlo con sinceridad e inteligencia y hacer que se propague por todos los ambientes en la Tierra. Cuando aprovechemos la energía universal del amor, otra será la historia de la humanidad. (O)
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Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro