Hace pocos días vi un video, en las redes sociales, del periodista Luis Vivanco en el que expresa que anda bastante preocupado porque ya varias fuentes le han asegurado que el panorama electoral para el 2021 está peor que si Papá Noel se hubiera quedado sin regalos, sin trineo y sin renos para la próxima Navidad, o sea… jodido. Es que resulta, dice el periodista del medio digital La Posta, que según las últimas encuestas creíbles, Rafael Correa de lanzarse a candidato pasaría a una segunda vuelta en primer lugar. Luis Vivanco añade: “Yo sé que hay complicaciones legales para que lo sea (candidato), pero… ‘ta madre, luego de todo lo que ha pasado, todo lo que han robado, ganaría las elecciones en la primera vuelta don Rafael Correa Delgado. Para que vean cómo somos los ecuatorianos de tarados, Dios mío”.

No sé qué fuentes son las que tenga Luis, pero en todo caso debo darles crédito porque el periodismo investigativo que él hace es más que comprobado. Conozco su trabajo hace mucho tiempo y no arriesgaría su profesión ni su reputación así nomás. Asimismo, hace mucho se habla de que si Rafa llegara a lanzarse de candidato, tendría apoyo en las urnas y aunque me había negado a considerar esa posibilidad, luego de ver el video de Luis Vivanco, me recorrió un frío-helado por la espalda.

Ahora bien, luego de los comentarios de Luis, en Twitter mucha gente empezó a hablar sobre el tema. Sobre todo por la partecita de “para que vean cómo somos los ecuatorianos de tarados”, la mayoría estuvo de acuerdo con él, pero otros se indignaron. Personalmente, no me sentí aludida, porque jamás votaría por un pelafustán como Correa. Segundo, por qué me voy a indignar si Luis dijo una gran verdad.

Llegar tan solo a considerar votar por el acusado de ladrón es sufrir de anestesia mental, sobre todo los que vivimos esa época. Porque no es que nos lo contaron, lo vivimos una gran parte de los ecuatorianos. Vimos cómo sábado a sábado se dictaba sentencia y se ordenaban juicios para quienes fiscalizaban al dictador o no opinaban como él. Vimos el abuso de poder, la desaparición calculada de la democracia y la libertad de expresión. Y aunque muchos digan que ellos no sufrieron nada de eso, al final todos llegaron a ser víctimas de la corrupción del tirano. Y si alguien conscientemente quiere volver a lo mismo, estamos mal.

Pero ¿y los que no vivieron la dictadura de Rafael? Con ellos es que hay que trabajar e invertir tiempo para evitar el desastre. Quienes sí vivimos la dictadura tenemos la obligación de compartirles nuestra experiencia y hacerles saber lo que ocurrió durante los años de ese gobierno sin derechos, sin justicia independiente, de despilfarro económico y persecución. Hacerles ver que votar por Correa es votar contra ellos mismos. Es la única forma de evitar lo peor.

Otra opción de evitar “lo peor” sería que la justicia de una buena vez llegue. No entiendo por qué tanta lentitud con los juicios en contra de Rafael Correa. Lo ideal y justo sería que Correa se enterara de quién fue electo presidente en las próximas elecciones, sentado cómodamente en una de las cárceles del Ecuador. (O)