La carrera del profesor e investigador del Sistema de Educación Superior en Ecuador entró en debate y los actores (autoridades educativas y profesores) afinan sus propuestas. El objetivo es consolidar y mejorar procesos en la academia, investigación y vinculación, sin dejar de lado el perfeccionamiento de la profesión de docente.

El Consejo de Educación Superior (CES) está abierto a la comunidad universitaria, con la finalidad de realizar observaciones al reglamento y escalafón del profesor e investigador del sistema de educación superior. Se menciona la incorporación de técnicos docentes, según especialistas, que se encargarían de la práctica de estudiantes en talleres y laboratorios. En la realidad no podría dar resultado.

Analicemos, al tener dos profesores que impartan, el uno la teoría y el otro la práctica, no existen resultados exitosos a la vista, a pesar de que en el actual reglamento aprobado en el 2013 ya menciona al profesor de apoyo o auxiliar. En la práctica podría no suceder, debido a factores de acoplamiento, confianza y, el factor clave, dejar de lado el celo profesional entre profesores.

Además, las instituciones de educación superior tendrían que aumentar sus presupuestos, infraestructura y personal académico, en la misma cantidad de profesores de tiempo completo. Esto afectaría principalmente a universidades y escuelas politécnicas públicas que están sujetas a recortes presupuestarios. La propuesta alternativa es que se les garantice a los profesores de apoyo sus funciones, y no se vean obligados por falta de oportunidades a realizar actividades ajenas a la docencia.

Otra de las propuestas, dentro de gestión educativa del profesor, es el ejercicio de revisor de pares evaluadores de artículos científicos y revistas indexadas, ciertamente no tiene una articulación directa con la universidad donde trabaja el docente, sino que ciertas universidades del país lo consideran como un trabajo independiente a su actividad docente. Se plantea enriquecer la gestión de actividades de revisores de revistas indexadas, que sean consideradas por las universidades y escuelas politécnicas como vinculantes a sus instituciones, así como la participación de evaluadores externos o académicos de instituciones de educación superior. Estas deberían ser consideradas como indicadores de evaluación institucional, con ello las instituciones de educación superior lograrían obtener más importancia.

En conclusión, las reformas al reglamento de la carrera docente requieren cambios profundos, reales y prácticos de ejecutar. Que a su vez garanticen una eficiente carrera docente, acorde con nuestra realidad. (O

Roberto Camana Fiallos,

docente investigador. Ambato