Emprender o intraemprender es una actitud, no una moda. La perseverancia, su principal músculo.
Incertidumbre; compañera inseparable e infatigable del viaje que sin gestión te paraliza y sin acción mata tu emprendimiento o empresa.
Lean Start Up es una metodología nacida en Stanford (2011) que aplican exitosos emprendedores, startups, empresas y multinacionales en Europa y Estados Unidos (recién incursionan en Latinoamérica). Es la base de su cambio cultural, de su trabajo en equipos ágiles y multidisciplinares para crear nuevos productos/servicios o incursionar en nuevos modelos de negocio y mercados.
Esta metodología ataca directamente a la incertidumbre, reduciéndola y gestionándola a través de la experimentación con el cliente potencial en el mercado, ahorrando tiempo y recursos a la hora de diseñar y lanzar nuevos productos, servicios o líneas de negocio para que tengan mayores garantías de éxito.
No responde a la pregunta ¿puedo diseñar o crear mi producto/servicio?
Responde a la pregunta ¿debo hacer mi producto o servicio porque he encontrado suficientes hechos en el mercado que lo hacen viable y escalable?
Los emprendedores o intraemprendedores 4.0 requieren gestionar la incertidumbre, convivir con los miedos, fallar como parte del proceso de búsqueda del modelo de negocio, experimentar con el cliente y mercado para validar o invalidar supuestos e hipótesis.
Cliente en el centro. Al cliente no le importa lo más mínimo tu producto o servicio, solo le importa resolver sus problemas, atender sus deseos o necesidades.
La experiencia del cliente a la hora de consumir tu producto o servicio es un must to have. La experiencia es más importante que el mismo producto o servicio, la experiencia engancha, fideliza, hace recomendar gratis tu producto sin pagar por ello.
¿Cómo es la experiencia del emprendedor (en este caso cliente) de los servicios que se brindan para legalizar una empresa en Ecuador?
En mi experiencia: pasos indefinidos en cuanto a tiempos-formatos-forma-instituciones, instituciones se pasan la bola de unas a otras, papeles arriba papeles abajo, costos variables o adicionales e incluso “imprevistos”, intermediarios no contemplados, etc.; un proceso que depende en gran parte de qué y a quién conozcas, qué o quién seas o dónde estés, entre otras variables.
Legalizar tu empresa en Ecuador es un trámite que conlleva incertidumbre y una mala experiencia de cliente.
Y entonces ¿por qué pagar por servicios que te generan malas experiencias, dolores de cabeza que aportan más incertidumbre y que te consumen gran cantidad de tus recursos limitados (tiempo y efectivo)? Porque es obligatorio y no tiene competencia.
Mi experiencia de legalizar mi empresa en Perú sin ser residente: visité 5 instituciones, realicé 7 trámites definidos, simples, fáciles, concretos, conocidos, sin intermediarios y pagué 287 dólares, constituyendo legalmente mi empresa en 72 horas. Abrí mi cuenta bancaria en 2 horas. Dos pequeños datos: en el Sunat (SRI peruano) “me llamaron por mi nombre y apellidos, me designaron un asesor personal”.
Emprender a “pulmón” es un ejercicio que requiere de un apoyo “burocrático-administrativo-financiero-legal” solo al alcance de ciertos países.
Ecuador y Perú; geográficamente tan cerca, administrativamente tan lejos.
¿Hasta cuándo? Para el cambio cuenten conmigo. (O)
* Empresario español