Hay ciertas noticias médicas que, en lugar de causar alegría, como debiera ser cuando se habla de saldos positivos, causan preocupación. Por lo menos a mí me la causan. No obstante que los grandes hospitales públicos que están por ser inaugurados podrían ser indicadores del bienestar de la salud pública en Ecuador, lo cierto es que la realidad de muchos pacientes crónicos no ha cambiado sustancialmente en la oportunidad de la atención, la obtención adecuada de respuestas a inquietudes sobre la enfermedad, y en la garantía y la tranquilidad de que se recibirá regularmente el tratamiento requerido.

Un tuit de un hospital local reportaba: “Atenciones efectuadas en consulta externa de enero a diciembre 2016: 512.599”. A primera vista parece un logro importante haber atendido a tantos pacientes. Pero, basta un cálculo matemático para dudar sobre la bondad de la noticia. Si se divide el número total de atenciones para 12 meses, quiere decir que mensualmente se atendieron 42.716 pacientes. Si se consideran 24 días laborables al mes (hay casos de consultas externas que trabajan los sábados), entonces 1.779 pacientes fueron atendidos cada día. Si esa cifra es, a su vez, dividida para 8 horas diarias, significa que 222 pacientes fueron atendidos por hora.

Ahora bien, haciendo el cálculo desde la atención, resulta lo siguiente: en los hospitales públicos se asignan 10 minutos para atender a cada paciente (tiempo considerado como insuficiente) y, como cada hora tiene 60 minutos, habría que suponer que, sin parar ni un segundo, cada profesional atiende 6 pacientes por hora. Si fue así, entonces se tendría que, cada 10 minutos, en la totalidad de consultas externas, se estuvieron atendiendo 37 pacientes. De 222 pacientes por hora –cada uno atendido en 10 minutos– divididos para los 6 que cada médico puede atender por hora, resultan 37 consultorios médicos atendiendo simultáneamente (y sin parar) un paciente cada 10 minutos durante 8 horas seguidas. Y eso que los cálculos han sido generosos: no se ha tomado en cuenta días festivos, se han considerado sábados en jornadas de 8 horas y se ha supuesto que los médicos de consulta externa han cumplido sin respiro 8 horas diarias de atención.

¿Qué se quiere: cantidad o calidad de la atención médica? La estimación del tiempo de consulta médica ambulatoria se analiza en la literatura médica mundial, principalmente por parte de los departamentos de bioética. En el primer contacto del paciente con el médico (consultas de primera vez), es necesario el reconocimiento de ambas partes, la elaboración de una historia clínica, la realización de un examen semiológico, la indicación de exámenes complementarios, la orientación al paciente, la prescripción de medicinas y el cumplimiento de requisitos administrativos propios de cada hospital. Y, además, en la actualidad los pacientes preguntan más que antes pues, gracias al internet, tienen acceso a mayor información.

Y ni qué decir del médico, sometido a desgaste profesional (síndrome burnout) por la intensidad y la velocidad en el trabajo de atención al paciente. El agotamiento puede provocar deficiente desempeño, errores de diagnóstico y tratamiento, y mala calidad en el cuidado del enfermo. Por cualquier lado que se lo analice, ese tipo de práctica médica genera perjuicio a médicos y a pacientes. (O)