El caricaturista Xavier Bonilla, Bonil, fue sancionado el viernes 13 de febrero por criticar al exfutbolista y actual diputado oficialista Agustín Tin Delgado con una ilustración en que bromeaba de la capacidad lectora del exjugador y de su sueldo como asambleísta.
La Superintendencia de la Información y Comunicación, Supercom, consideró discriminatoria la caricatura, por lo que previno a Bonil de la obligación de corregir sus prácticas para el ejercicio de la comunicación y le conmina a abstenerse de reincidir; y también al Diario EL UNIVERSO le exigió disculparse públicamente con los colectivos afroecuatorianos. Pero la caricatura no hace referencia a los colectivos afroecuatorianos, a ninguna etnia; critica la vergonzosa intervención de un asambleísta cuando no consiguió leer de corrido un texto, quien se excusó después al decir que el texto no era suyo sino de una asambleísta y lo tomó por equivocación y lo leyó porque sentía necesidad de participar en el debate. Sin embargo, la Supercom considera que hubo discriminación hacia el colectivo afroecuatoriano (los pueblos afro no son siquiera mencionados) y relaciona el contenido de la caricatura con el colectivo afroecuatoriano.
El contenido de la caricatura hace referencia a la poca preparación de un asambleísta. De modo que lo que discrimina no es la ilustración, ni le da mala imagen a los colectivos de los que forma parte Delgado; no es la caricatura, es la poca preparación, y quien irrespetaría la cultura de los pueblos afro no es Xavier Bonilla, sería Agustín Delgado. (O)
Jonás Esteban Bravo Yépez, estudiante de Periodismo, Pamplona, España