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Los meses siguen avanzando y la preocupación por la llegada del fenómeno de El Niño se va haciendo más notoria: la situación en Esmeraldas –lluvias e inundaciones en áreas rurales– lo ha recordado.
Desde la Secretaría de Gestión de Riesgos siguen monitoreando las cifras en la costa de Ecuador con el Comité para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño en el Pacífico Sudeste (Erfen), que lleva adelante reuniones con autoridades de las 17 provincias que tienen alerta amarilla por la llegada del fenómeno: Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, Pichincha, Imbabura, Loja, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas y Galápagos, para hablar de medidas como el mapeo actualizado de zonas de riesgos y adquisición de maquinaria para deslizamientos, inundaciones, rescates. El ministro de Transporte y Obras Públicas, César Rohon, dijo que se iniciaría una campaña de prevención porque “lo que viene es grave” y que se preparaban, por lo pronto, compras de maquinaria por $ 23 millones.
No debiera resultar extraño que, quienes detentan el poder, o están próximos, intervengan en un juego diferente al del resto: el suyo.
Es de esos escritores que nunca estarán lejos, pase el tiempo que pase.
El desgarrador testimonio continúa con una serie de indicadores de quien se siente sobrepasada por el poder del “orden jerárquico”.
En la política, los contrastes son estremecedores. El idioma ha sufrido, y sufre, graves lesiones en los discursos y los debates.
El terror que sentí cuando empecé esta aventura se fue apaciguando cuando nos concentramos en la mera sobrevivencia económica.
Una necesidad de la política internacional contemporánea es diversificar contactos, porque el futuro a mediano plazo es confuso en términos geopolíticos.
La concesión onerosa de derechos, o como se la conoce en inglés, “Transfer of Development Rights” puede servir en este y otros casos.
Todo hace pensar que en la era cuántica seremos testigos de una transformación sin igual del mundo.
La popularidad de un gobernante no siempre garantiza que sus ejecutorias sean democráticas ni transparentes.
Cada persecución la ha hecho más fuerte, más popular a la fiscal.