En la Antártida hay una enorme capa de hielo que da la impresión de ser plana. Aunque se eleva 4.000 metros sobre el nivel del mar cerca de su centro, tiene suaves pendientes que el ojo humano no puede percibir.
De acuerdo a National Geographic, bajo este hielo kilométrico hay un paisaje de montañas escarpadas y valles atravesados por ríos con curvas. El papel de estos ríos puede ser decisivo en cuanto a la respuesta de la capa de hielo a un calentamiento en el planeta.
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Un mundo oculto debajo de la Antártida Oriental
El mundo que se esconde debajo del grueso hielo de la Antártida Oriental se mantiene intacto desde hace más de 34 millones de años y pudo ser hallado gracias a herramientas satelitales de vanguardia, por lo que investigadores revelaron que hubo una época en la que este lugar rebosaba de vida.
La investigación fue dirigida por Stewar Jamieson, científico de la Universidad de Durham, quien hizo el descubrimiento con el apoyo del sistema satelital canadiense RADARSAT, a través del que se detectaron pequeños cambios en la superficie del hielo y reveló la forma del terreno enterrado, reseña Brighter.
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Lo que se encontró fue un antiguo terreno excavado por un río que tiene un tamaño similar a Gales, enterrado bajo casi dos kilómetros de hielo.
El investigador aseguró que se sintió “como descubrir una cápsula del tiempo”, al tiempo que explicó que el estado intacto del paisaje indica su extrema antigüedad, que se preservó precisamente bajo el peso de la capa de hielo mucho antes del comienzo de la glaciación.
¿Qué había en ese entonces en vez de la Antártida?
En ese momento, el continente formaba parte de Gondwana, que es un supercontinente compartido con África, Sudamérica y Australia, pero, en lugar de hielo, la Antártida tenía ríos caudalosos, bosques y dinosaurios errantes, algo que cambió hace unos 20 millones de años, cuando los glaciares se consolidaron y congelaron esa parte de la región.
Este descubrimiento ha permitido a los científicos a entender cómo ha cambiado la Antártida a lo largo de millones de años. Asimismo, también podría ayudar a ver cómo la capa de hielo podría responder al incremento de las temperaturas globales en el futuro.
(I)