¿Es posible que algún día se cierre el acceso al espacio y se acaben los viajes fuera de la órbita terrestre? Así lo plantea la hipótesis conocida como el Síndrome de Kessler que asoma la posibilidad de que se cree “una barrera impenetrable de desechos”, o lo que se conoce como basura espacial que bloqueará la órbita baja terrestre (LEO).
“La humanidad ha lanzado miles de satélites, cohetes y sondas al espacio sin detenerse demasiado a recuperar lo que deja atrás. Hoy, ese descuido nos está alcanzando. Las órbitas que rodean la Tierra se están volviendo cada vez más densas, inestables y peligrosas”, advierte una publicación de Gizmodo sobre este hecho que podría convertirse en un desastre natural.
¿Qué es el síndrome de Kessler?
Este evento lleva “el nombre del astrofísico estadounidense Donald Kessler y está basado en su artículo académico de 1978”, comparte CNN.
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Con ello se refiere “que los desechos en el espacio desencadenan una reacción en cadena: una explosión envía una nube de fragmentos que a su vez chocan contra otros objetos espaciales, creando más detritos. El efecto en cascada puede continuar hasta que la órbita de la Tierra esté tan obstruida con basura que los satélites se vuelvan inoperativos y la exploración espacial deba detenerse por completo”, añade el sitio informativo.
Científicos y expertos en tráfico espacial creen que se trata de un problema que se debe abordar con prontitud, aunque aún no estiman cuál es el nivel de riesgo y cuándo ocurrirá el “desastre universal”.
De acuerdo a los datos que comparte el sitio especializado Free Think, el cierre del espacio se divide en tres etapas y la primera ya está en marcha:
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- Anomalías en el satélite, cohetes y estaciones espaciales provocadas por pequeños fragmentos de basura espacial
- Daños severos y desmantelamiento de satélites por choques con fragmentos medianos o grandes
- Incontrolable cascada de colisiones que generan nuevos fragmentos que impedirán la actividad en la órbita baja terrestre
“Un solo impacto puede generar cientos o miles de fragmentos, todos viajando a más de 27.000 km/h. A esa velocidad, incluso una pieza de pintura puede destruir un satélite”, añade Gizmodo.
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En caso de que el síndrome de Kessler no se controle esto podría provocar que “la humanidad quede atrapada en la Tierra”. Lo peor es que se trata de un proceso silencioso que va avanzando y que cuando sea tarde no habrá una explosión ni un previo aviso.
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El punto sin retorno puede traer consecuencias como:
- No se podrán enviar nuevos satélites o realizar misiones tripuladas
- Las estaciones espaciales quedarán expuestas a amenazas constantes
- Habrá consecuencias en el monitoreo climático, la navegación y la comunicación global
(I)
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