Pese a que el presidente estadounidense Joe Biden empezó su mandato con la promesa de que administrará 100 millones de dosis de la vacuna en sus 100 primeros días en el poder, el estado y la ciudad de Nueva York, que el año pasado llegó a ser el epicentro de la pandemia, cerraron 15 centros de vacunación después de que se agotaran las dosis.

“En el momento en que lleguen las vacunas, nuestro objetivo es ponerlas en los brazos (de la gente) lo antes posible”, aseguró el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al anticipar que se ampliarán los puntos de vacunación para abarcar principalmente a las comunidades negras y latinas, las más afectadas por el virus.

Cuomo admitió, sin embargo, que “250.400 dosis por semana no es suficiente” para ese estado, donde hasta ahora más de un millón de personas han recibido la primera dosis.

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The New York Times reveló el fin de semana que centros sanitarios a lo largo del país han tenido que cancelar miles de citas para suministrar la vacuna ante la escasez de dosis.

La situación es especialmente grave en Texas, que tiene un promedio de alrededor de 20.000 nuevos casos al día, lo que genera preocupaciones sobre si los funcionarios de salud podrán frenar la propagación cuando no puedan conseguir las vacunas que necesitan desesperadamente para hacerlo, asegura la publicación.

Un hospital de la ciudad de Beaufort (Carolina del Sur) canceló 6.000 citas para vacunas después de recibir solo 450 de las dosis que esperaba.

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La escena se repitió en Hawái, donde un hospital canceló 5.000 citas de primera dosis y decidió poner en espera 15.000 solicitudes de vacunas.

En San Francisco –cuyo estado, California, acumula la mayor cantidad de contagios en el país, con más de 3 millones de positivos– se ha reducido el ritmo de asignación de citas por temor a que no hayan suficientes dosis.

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La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, ordenó el sábado a todas las entidades que están vacunando que publiquen diariamente los detalles del proceso y del escaso inventario de vacunas en el condado, el de mayor incidencia en el estado de Florida.

En tanto, del otro lado del mundo, la Unión Europea (UE) intenta presionar a las empresas farmacéuticas para que entreguen las dosis de vacunas contra el coronavirus que se habían comprometido a proporcionar durante el primer trimestre del año, tras los anuncios de retrasos por parte de Pfizer y AstraZeneca.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró ayer que los laboratorios mantendrán el calendario inicial de entregas de vacunas en el bloque a partir de hoy, después de que interviniera para que se respetaran contratos.

Ayer, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, anunció que su país emprenderá acciones legales contra la farmacéutica AstraZeneca por la reducción del lote de vacunas del coronavirus, como ya ha hecho con Pfizer y BioNtech por los mismos motivos.

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El 15 de enero, Pfizer confirmó un cambio en su capacidad de producción de la vacuna contra el coronavirus que reduciría el número de ellas que se distribuirían en Europa en las próximas semanas. (I)