Seis tumbas han sido profanadas en el cementerio de la parroquia Santa Rosa, en el occidente de Ambato. En el sitio se evidencian ataúdes destruidos, oxidados, además de lápidas dañadas.

El padre Ángel Aucapiña, párroco de Santa Rosa, recordó que hace dos meses se encontró la primera tumba profanada, que pertenecía al cuerpo de un infante que aún no ha sido identificado.

Hace un mes hallaron restos de un cadáver, del que se habían llevado el cráneo y los huesos más grandes. La osamenta estaba fuera del ataúd.

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El pasado lunes, luego de que los trabajadores del cementerio regresaron de los feriados de Navidad y Año Nuevo, se percataron de que habían tumbas abiertas, féretros botados en el suelo, algunas ropas y huesos de los cadáveres regados por el piso.

“La sorpresa fue que no se encontró solo uno, porque fueron cuatro las tumbas profanadas; además de veinte lápidas dañadas, abiertas, con las chapas forzadas y torcidas, rotos los vidrios, sin entender qué es lo que pasó”, especificó el sacerdote.

Señaló que los cadáveres de las tumbas profanadas fueron enterrados nuevamente.

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Aucapiña aseguró que los familiares de quienes reposaban en las tumbas profanadas van a realizar las denuncias en la Fiscalía con el fin de que se investiguen los hechos. Además sostuvo que se va a reforzar la vigilancia en las noches y las seguridades de las puertas, chapas y picaportes del cementerio, así como adoptar otras medidas que permitan evitar que vuelva a suceder algo similar.

Luego de enterarse de las seis profanaciones, Rocío Moreta llegó apresurada al cementerio este miércoles para ver si los cadáveres de sus suegros y cuñados estaban en el lugar. “Por lo que nos enteramos que se han robado de las tumbas venimos a constatar si están o no, pero gracias a Dios no les han hecho nada”.

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Dijo que el pueblo de Santa Rosa se va a unir para reforzar las seguridades, al advertir que desde hace dieciocho años que vive en la parroquia nunca había escuchado algo similar.

Luis Toalombo es uno de los trabajadores del cementerio. Dijo haberse asustado al observar los ataúdes, ropas y algunos huesos regados por diferentes sitios, el pasado lunes, una vez que retomó sus labores luego del feriado. (I)