Con una deuda de más de 5.000 dólares en dos tarjetas de créditos y su sueldo reducido luego de ajustes realizados en su lugar de trabajo, Juan decidió recortar su gastos y usar solo ‘ante un imprevisto o emergencias’ las tarjetas.

Desde el segundo semestre del 2020, al ver que la situación económica se seguía complicando, se dedicó a tratar de reducir en la medida de lo posible el monto de las deudas de las tarjetas de crédito por las que paga intereses que bordean entre el 16 % y 17 %.

Y no solo Juan tomó esa decisión, otros conocidos de él han mermado el uso de las tarjetas para evitar caer en deudas mayores en medio de la pandemia. Otros, en cambio, frenaron los consumos con tarjetas para concentrarse en pagar deudas que han tenido que refinanciar.

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Las cifras de la Superintendencia de Bancos reflejan una contracción en las transacciones y la facturación con tarjetas de crédito en Ecuador.

El número de transacciones de enero a octubre del 2020 muestra una variación del -19% (32 millones de transacciones menos) frente a igual lapso del año pasado.
Con la caída de las transacciones, la facturación en los primeros diez meses del 2020 también se contrajo en -17,2%.

Según datos de la Superintendencia de Bancos, de enero a octubre del 2020 la facturación total de las tarjetas de créditos llegó a $ 9.500 millones, es decir, $ 1.979 millones menos que similar periodo del 2019.

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La contracción está ligada a la paralización económica que vivió el país por el confinamiento, especialmente en los meses de marzo, abril y mayo.

José Xavier Orellana, analista y asesor empresarial, indica que esa contracción en el rubro de las tarjetas de crédito refleja la realidad del 2020 con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 8,9%.

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“Las medidas sanitarias de distanciamiento social han reducido el comercio presencial sea en cines, gimnasios, hoteles. La tarjeta de crédito se usa principalmente en comercio presencial, por ejemplo, en restaurantes de alta gama representa 70-75% de las ventas”, refiere Orellana.

El control de gastos en los hogares ante la reducción de salarios o pérdida de empleo de alguno de los aportantes del hogar es otro aspecto que ha frenado el consumo.

En tres mediciones efectuadas por la firma Advance Consultora, el tener que controlar más los gastos apareció en primer lugar entre las medidas que la gente tomaría ante la situación que vive el país. Después aparecía comprar marcas más baratas o posponer la adquisición de artefactos.

“La gente todavía está cauta. Si bien el estado de ánimo es mejor de lo que tuvimos en abril y mayo, no se está del todo tranquilo, aún se está pasando ese golpe de tener que adaptarnos a una reducción de sueldo y eso obliga a tener que controlar el gasto”, señala Luis Pastor, gerente de Advance Consultora.

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El especialista, cuya firma ha seguido el comportamiento del consumo con las tarjetas, considera que la pandemia tomó a muchos sin ahorros y con deudas que iban más allá de lo que podían pagar. “Al llegar la pandemia hubo quienes sintieron la necesidad de ser más cautos con las finanzas”, sostiene Pastor.

Los últimos datos indican que desde septiembre se registra un leve incremento en el consumo con tarjetas, pero en términos anuales la recuperación no se ha alcanzado.

Julio José Prado, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, señala que se esperaba que el uso de tarjetas registre un incremento en diciembre respecto a los meses anteriores, dado que este mes se caracteriza por un mayor consumo por parte de los hogares y empresas.

No obstante, la expectativa era que el consumo de diciembre de este año sea menor al consumo registrado en 2019, ya que los efectos de la pandemia continúan y la economía no se ha recuperado a los niveles anteriores, asevera Prado. (I)

'Hay que tener una buena disciplina financiera'

Sin haberse erradicado la pandemia, el 2021 pinta como un año que seguirá siendo complejo. ¿Cómo manejar una tarjeta de crédito ante ese escenario? Greta Ferrín, asesora en finanzas personales, señala que es necesario una buena disciplina financiera.

La especialista indica que se debe tener claro que el cupo de crédito que se otorga en la tarjeta de crédito no es un ingreso más. “Tener una tarjeta de crédito es un compromiso que mantenemos con una institución financiera, por lo tanto, es una deuda más que aparece reflejada en nuestro reporte crediticio y que se puede volver muy costosa si no se salda la totalidad de lo consumido”, asegura.

Desde las finanzas personales, Ferrín considera que todos los consumos realizados con tarjetas de crédito deben reflejarse en el presupuesto familiar o personal. “Si no se lo controla desde ahí, puede traer problemas, preocupaciones y estrés”, indica.

Sonia Vélez, coach en finanzas personales y empresas, sostiene que es necesario ser muy prudente con el endeudamiento y los pagos en diferido. Para ello recomienda que se elabore un presupuesto anual de ingresos y gastos para que se asegure que estará en capacidad de cubrir deudas.

“No hay que gastar en función del cupo de la tarjeta de crédito, sino en función de sus ingresos”, dice Vélez.

La especialista aconseja no gastar el 100% de los ingresos para contar con un fondo. “En época de incertidumbre es muy importante contar con un fondo de ahorro para imprevistos”.

Evitar pagar solo los pagos mínimos es otra de las recomendaciones que dan las especialistas, pues no solo mantendrá endeudado al tarjetahabiente, sino que terminará pagando una alta carga de intereses. La carga de intereses en Ecuador es alta para este tipo de consumos.

Además, recomiendan evitar pagar con tarjeta la compra de productos de consumo inmediato, como alimentos, gasolina y servicios básicos. (I)

Cifras clave

137
millones de transacciones se registraron de enero a octubre del 2020.

$ 928
millones fue la facturación en octubre del 2020, según datos de la Superintendencia de Bancos.

4,5%.
morosidad registrada en el segmento de consumo en el que están las tarjetas.