Un hombre de unos 30 años fue asesinado a un costado de la autopista Narcisa de Jesús, en el norte de Guayaquil.

Ocurrió un día después de que el cuerpo de Jonathan Lino fuera descubierto al pie del estero Salado, decapitado.

Este tipo de ajusticiamiento sería una nueva modalidad que se está dando en Guayaquil.

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Semanas atrás los crímenes, que en su mayoría son por violencia criminal, se daban en las calles, frente a testigos e incluso en medio de reuniones familiares, donde se registraron víctimas colaterales.

La dinámica de los crímenes parece estar cambiando y ahora las víctimas serían raptadas y luego asesinadas.

Los cadáveres son descubiertos al amanecer en zonas poco vigiladas. Por ejemplo, el 3 de octubre y el 7 de noviembre se hallaron cuerpos en tramos de la vía a la costa.

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El cadáver que levantaron este jueves los policías en la autopista presentaba una herida de bala a la altura del ojo derecho.

“Parece que el hecho se ha dado en la madrugada, estamos tratando de hacer un barrido técnico de cámaras acá... según lo que se puede ver, la ejecución ha sido en el lugar mismo, por la dirección del cuerpo, por su posición, pero vamos primero a verificar con personal de investigación...”, explicó el coronel Lenín Peralta, jefe de Policía.

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En la escena se encontraron cinco indicios balísticos y los agentes revisaron cámaras de videovigilancia del sector.

Antes de que el cuerpo fuera trasladado a la morgue, el teniente coronel Francisco Hernández, jefe de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased), dijo que se presumía que la víctima era un indigente, lo cual es atípico, y confirmó que el crimen se dio en la escena.

El agente se refirió también a un asesinato registrado la noche del miércoles en la parroquia Posorja.

A la víctima le dispararon cuando salía de su casa con su esposa. Hombres en motocicleta lo balearon antes de que se subiera a su moto, que estaba estacionada afuera.

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Aunque fue llevado al centro de salud de Posorja, falleció.

Hernández confirmó que tenía antecedentes y que sería uno de los microexpendedores del sector, por lo que se presume que su crimen responde a una lucha por territorio.

Con los nuevos casos se eleva a 330 la cifra de muertes violentas en la Zona 8. La mayoría de los casos se dan en el sur de la ciudad. El 25 % de los asesinatos se dieron en el Distrito Sur (Guasmo), 63 casos; el 20 % en Durán, 45 casos; el
18 % en el Distrito Esteros (Esteros e isla Trinitaria), 43 casos; y en Portete, 38. (I)