El primer ministro británico, Boris Johnson, provocó la ira del gobierno autónomo escocés el martes, a seis meses de una elecciones regionales en que los independentistas esperan arrasar, al calificar de "desastre" la devolución de poderes ejecutivos y legislativos a Escocia.

Dotada de autonomía desde finales de los años 1990 al igual que Gales e Irlanda del Norte, Escocia tiene su propio parlamento y gobierno con competencias en materias como la educación o la sanidad.

Según el diario The Sun, Johnson afirmó el lunes, hablando del independentismo escocés durante una reunión por Zoom con diputados conservadores del norte de Inglaterra, que "la devolución fue un desastre al norte de la frontera" inglesa.

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Fue "el mayor error" del ex primer ministro laborista Tony Blair, artífice de la medida que en 1999 llevó a la elección del primer Parlamento escocés, dijo según el rotativo.

Estas declaraciones fueron fustigadas el martes por el Partido Nacionalista Escocés (SNP) de la primera ministra Nicola Sturgeon.

"Vale la pena marcar estos comentarios (...) para la próxima vez que los Tories digan que no son una amenaza a los poderes del Parlamento escocés o, aún más increíble, que apoyan la devolución de más poderes", tuiteó Sturgeon.

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"La única manera de proteger y fortalecer el Parlamento escocés es con la independencia", agregó la popular política, cuya formación espera obtener una amplia mayoría absoluta en las legislativas escocesas del próximo mayo y ejercer mayor presión sobre Londres para que autorice la celebración de un segundo referéndum de autodeterminación.

Escocia ya organizó una consulta sobre la independencia en 2014, en que 55% de los escoceses votó por permanecer en el Reino Unido.

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Entonces el principal argumento contra la separación fue el riesgo de quedar fuera de la Unión Europea.

Pero, paradójicamente, tras la victoria del Brexit en otro referéndum dos años después, Escocia se acabó viendo arrastrada fuera del bloque con el resto del Reino Unido pese a haberlo rechazado muy mayoritariamente.

Argumentando que esto cambia las cosas, Sturgeon prometió fijar antes del fin de la legislatura los términos y la fecha de un segundo referéndum al que Johnson se opone firmemente.

Intentado calmar los ánimos, frente a quienes afirman que este tipo de declaraciones solo sirven para impulsar el sentimiento separatista, el ministro de Gobiernos Locales, Robert Jenrick, intentó el martes matizar las palabras de Johnson.

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"El primer ministro siempre ha apoyado la devolución" pero "está muy preocupado por el aumento del nacionalismo y el separatismo por Nicolas Sturgeon y el SNP y creo que ese es el comentario que hizo ayer", dijo a Sky News. (I)