Además de la nueva ola de coronavirus, el mundo también vive una ola de acciones legales contra líderes políticos.

Un ejemplo de ello ocurre en Francia, donde el expresidente Nicolas Sarkozy fue imputado esta semana por "asociación ilícita" por la presunta financiación de su campaña electoral de 2007 con fondos libios, dijeron este viernes fuentes de la fiscalía nacional financiera.

Esta nueva inculpación, la cuarta en esta investigación, fue pronunciada tras cuatro días de un largo interrogatorio de más de cuarenta horas que concluyó el lunes por la noche.

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El exmandatario reaccionó inmediatamente en Facebook. "Me enteré de esta nueva acusación con el mayor asombro (...) Se pisotea mi inocencia una vez más por una decisión que no aporta la más mínima prueba de ninguna financiación ilícita", escribió.

"Probaré mi inocencia al final. Pondré toda la determinación y energía de la que soy capaz. La injusticia no ganará", añadió Sarkozy.

El 31 de enero, los jueces ya habían acusado a uno de los antiguos colaboradores de Sarkozy, Thierry Gaubert, de "asociación ilícita" por haber recibido supuestamente fondos del régimen libio de Muamar Gadafi que podrían haber financiado la campaña presidencial del candidato de derecha en 2007.

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"Todo el mundo puede ver que se trata de una decisión sin precedentes, coherente con las investigaciones realizadas. El procedimiento sigue su curso", dijo Vincent Brengarth, el abogado de la organización anticorrupción Sherpa, demandante en el caso.

Esta inculpación es la cuarta en este caso contra el expresidente francés (2007-2012) que ya fue acusado en marzo de 2018 de tres presuntos delitos: "corrupción pasiva", "malversación de fondos públicos" y "financiación ilegal de campaña".

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En su audiencia más reciente, en junio de 2019, Sarkozy denunció un "complot" y luego se negó a responder a las preguntas de los magistrados de instrucción.

Sarkozy invocó, entre otras cosas, su inmunidad presidencial, acusó a los jueces de haberse salido del perímetro autorizado de la investigación y sostuvo que la malversación de fondos públicos de un país extranjero, de lo que se le acusa, es un delito que no existe en el derecho francés.

El Tribunal de Apelación de París rechazó la mayoría de los recursos que presentó Sarkozy, validando así casi por completo las investigaciones iniciadas hace ocho años en este caso tentacular.

Sarkozy ha presentado un recurso ante la Corte de Casación francesa, es el más alto tribunal del poder judicial de Francia, dijo una fuente judicial.

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Enfrenta dos juicios

Esta investigación se abrió después de que el sitio de investigación Mediapart publicara un documento en 2012 que se suponía probaba que la campaña victoriosa de Nicolás Sarkozy cinco años antes había sido financiada por el régimen de Muamar Gadafi.

En siete años de investigaciones, los magistrados han reunido una suma de pistas inquietantes que han dado sustancia a esta teoría incluyendo testimonios de dignatarios libios, notas del servicio secreto de Trípoli, acusaciones de un intermediario y movimientos de fondos.

Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado pruebas materiales indiscutibles.

En noviembre de 2016, el empresario Ziad Takieddine -uno de los sospechosos en este caso y fugitivo desde su condena en junio en el aspecto financiero de otro caso de gran repercusión- afirmó que había entregado entre finales de 2006 y principios de 2007 cinco millones de euros a Sarkozy, entonces ministro del Interior, y a su jefe de gabinete Claude Guéant entre finales de 2006 y principios de 2007.

Además de este caso, en el que las investigaciones siguen en curso, el ex jefe de Estado será juzgado del 23 de noviembre al 10 de diciembre por una acusación de corrupción en el llamado caso de las "escuchas telefónicas".

Se sospecha que intentó, junto con su abogado Thierry Herzog, obtener información cubierta por el secreto de un magistrado de alto rango, Gilbert Azibert, en un proceso judicial.

Sarkozy también será juzgado del 17 de marzo al 15 de abril de 2021 por haber presuntamente financiado de forma irregular su otra campaña presidencial, la de 2012, que perdió frente al socialista François Hollande. En este caso se le reprocha haber superado el límite de gastos de campaña. (I)