En 1960, el etíope Abebe Bikila consiguió en Roma la primera medalla de oro para África en unos Juegos Olímpicos. No solo es meritorio que obtuvo la medalla, sino que su competencia la realizó descalzo. Bikila inspiró a las siguientes generaciones de africanos. “Bikila hizo que los africanos pensáramos: si él puede, nosotros también”, afirmó su mejor pupilo, Haile Gebresselasie.