El destino de Federiko era incierto. Él y sus cinco hermanos habían nacido hace pocos días cerca de una quebrada, en la parroquia Puengasí, en el suroriente de Quito. Sin embargo, otros eran los planes destinados para el cachorro mestizo.
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En la planta trabajan unas 15 personas, todas aportan con una cuota para comprar la comida, para el veterinario, para las vacunas y más necesidades del cachorro.
El destino de Federiko era incierto. Él y sus cinco hermanos habían nacido hace pocos días cerca de una quebrada, en la parroquia Puengasí, en el suroriente de Quito. Sin embargo, otros eran los planes destinados para el cachorro mestizo.
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