La industria de cerveza artesanal, en el país, aglutina a 235 emprendimientos. Antes de la pandemia del COVID-19, 1350 familias trabajaban directamente y más de 8500 de forma indirecta.

Ecuador históricamente ha estado ligado a las bebidas fermentadas como la chicha y la cerveza. La primera cervecería de América se la construyó en Quito en 1556 por fray Jodoco Ricke.

El 80 % de las ventas están vinculadas directamente a las actividades de bares especializados, restaurantes, cadenas de supermercados, ferias y eventos.

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"Nosotros representamos el 0,67 % del volumen de ventas de cerveza del mercado en Ecuador y movemos unos $15 millones anuales, dice Nelson Calle, vocero de la Asociación de Cervecerías Artesanales del Ecuador.

En Ecuador se hace cerveza artesanal de calidad, algunas han logrado participar en copas cerveceras en Latinoamérica, ganando medallas de oro, plata y bronce, dice Calle.

Cerca del 75 % del empleo que generamos se ha perdido debido al cierre de establecimientos por la pandemia del coronavirus, porque el encadenamiento productivo atrás de la industria de cerveza artesanal es grande, explica Calle.

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Como estrategia, las cervecerías artesanales han optado por la venta a domicilio con protocolos de bioseguridad y han reducido el precio para alcanzar a cubrir los costos fijos; sin embargo, presentan una cartera vencida del 45 % y el cierre de puntos de distribución como bares y restaurantes.

Hemos visto que, desde el inicio de la crisis sanitaria, nuestras ventas han decrecido en el 85 % y si a esto le sumamos la extensión del toque de queda y la ley seca, estamos hablando que muy posiblemente en los siguientes 30 o 60 días, el 90% de cervecerías artesanales podrían quebrar, asegura Calle.

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Hemos agotado todos nuestros recursos y esfuerzos por tener acceso a un alivio financiero, a créditos rápidos a través de las instituciones del gobierno, pero, nos hemos encontrado con respuestas negativas. Necesitamos el apoyo del Gobierno para trabajar en conjunto, para reactivarnos cuidando la salud de la gente a través de los protocolos de bioseguridad que hemos trabajado con el COE nacional, concluye Calle. (I)