El proceso de paz de Colombia continúa siendo uno de los temas más delicadas en el vecino país.

Este jueves el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, premio Nobel de Paz en 2016, considera que hay miembros del partido FARC que juegan con fuego al no reconocer que hubo reclutamiento forzado de menores y abusos sexuales en la antigua guerrilla.

"Me parece un error, me parece un error por parte de algunos voceros de las FARC porque otros sí los están reconociendo", dijo Santos en una entrevista vía Zoom con Efe con motivo de la presentación de su libro Un mensaje optimista para un mundo en crisis, editado por Planeta.

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En las últimas semanas se revivió en Colombia la polémica por los distintos abusos cometidos por las FARC, ahora convertida en partido político, luego de que algunos de sus representantes, como la segunda vicepresidenta del Senado, Griselda Lobo, conocida como "Sandra Ramírez", negaran crímenes de esa naturaleza.

Según el expresidente, que firmó la paz con las FARC en noviembre de 2016, los implicados "deben ir ante la Justicia Especial de Paz y ahí hacer el reconocimiento y pedir perdón porque sino lo hacen pierden sus beneficios jurídicos" y se exponen a ser juzgados por la justicia ordinaria.

"De manera que ahí sí están, como dicen, jugando con candela", manifestó Santos, quien fue presidente de Colombia entre 2010 y 2018.

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Con su libro, el exmandatario busca dar un mensaje optimista en momentos en que el mundo está tomado por la angustia y el pesimismo por la pandemia de coronavirus, y por eso propone "recuperar la esperanza, recuperar el ánimo porque siempre hay la posibilidad de un mejor futuro".

En este trabajo, Santos aborda once grandes temas que complementa con entrevistas a expertos para mostrar a los colombianos, datos en mano, que el país no va tan mal como muchos creen, que en los últimos treinta años hubo grandes avances y que el vaso hay que verlo medio lleno y no medio vacío.

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Los temas son pobreza; economía; infraestructura, servicios públicos y vivienda; educación; salud; igualdad de género, diversidad, medioambiente y paz.

En este último, el entrevistado es el último líder de la guerrilla de las FARC y presidente del partido del mismo nombre, Rodrigo Londoño, conocido como "Timochenko", con quien firmó el acuerdo de paz.

Una paz irreversible

Al ser preguntado por Santos sobre si algo del acuerdo quedó mal, Londoño afirmó que "el tema de tierras fue fatal" y añadió: "si no se resuelve este podría ser un proceso de paz fallido".

Al respecto, Santos considera que "la paz es irreversible" y recuerda que "las FARC, lo ha dicho el propio Timochenko, nunca van a volver otra vez a las armas".

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El expresidente lamenta que haya, sin embargo, "sectores que quieren mantener la violencia, como el narcotráfico que sin duda alguna está asesinando a todos los líderes que están promoviendo la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos", o los terratenientes que adquirieron tierras ilegalmente y para evitar que se las devuelvan a sus legítimos dueños "están asesinando a los reclamantes".

En la misma posición "están los interesados en aumentar la frontera agrícola" que "por eso están asesinando a los ambientalistas", o los disidentes de las FARC que abandonaron el acuerdo de paz, entre ellos exjefes como "Iván Márquez" y "Jesús Santrich".

"Hoy en día, Santrich y Márquez son parte de ese lumpen, de esas bandas criminales", dice.

Cambios que permiten mejorar

Santos señala que decidió publicar en plena pandemia el libro, prologado por el científico cognitivo Steven Pinker, profesor de sicología de la Universidad de Harvard, justamente para mostrar que hay más razones para el optimismo que para el pesimismo, a pesar de que "el mundo, el país, está en un estado de desánimo y de desesperanza".

El expresidente señala que así como Colombia estuvo "ad portas de ser considerado un Estado fallido" hace 30 años y logró avanzar "de una forma impresionante" en muchas áreas, e incluso ingresar durante su Gobierno a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), puede salir adelante de la crisis de la COVID-19, que devasta la economía mundial.

"Si logramos salir de semejante situación y colocarnos a la vanguardia en muchos de los indicadores sociales y económicos, de la misma manera podemos salir de esta pandemia y aspirar a quedar mejor que antes, pero para eso necesitamos una reflexión sobre los cambios que tenemos que hacer", afirma.

Situación social

Explica que aunque la crisis actual va a aumentar la pobreza y las inequidades, también es "una gran oportunidad para corregir problemas estructurales" que salieron a flote en las protestas sociales a finales del año pasado en diversos países del mundo, y en América Latina, particularmente en Chile y Colombia, porque no se está midiendo el progreso como se debería.

"Tenemos que reformular esa visión de país con otros indicadores de lo que realmente significa el progreso. El progreso no es solamente el producto interno bruto, el progreso, en el fondo, se debe traducir en mayor bienestar para la gente", afirma.

Por eso considera que la medición del progreso debe incluir el acceso a la salud, la educación, la equidad y la sostenibilidad, algo semejante a lo que hace el reino de Bután, que acuñó el concepto de felicidad nacional bruta.

"Hoy que vemos con la pandemia cómo los sistemas de salud han sido tan frágiles, ese indicador debería ser un indicador de progreso", afirma el Nobel, y añade que el crecimiento no se puede hacer "destruyendo el futuro", por lo que recomienda "darle mayor sostenibilidad al planeta y al país".

Sobre Venezuela

En la introducción del libro, Santos dedica unas líneas a la situación de Venezuela y afirma que "se normalizará cuando se dejen de cometer tantos errores en el delicado juego estratégico de la diplomacia internacional", como el afán de tumbar a Nicolás Maduro con una caravana de ayuda humanitaria, o con las sanciones de Estados Unidos, entre otros.

"Se han cometido muchísimos errores, se han desconocido los actores fundamentales que pueden producir una solución en Venezuela y yo le digo cuáles son esos actores fundamentales: Rusia, China, Cuba, Estados Unidos y América Latina. Esas son las fuerzas que, por supuesto con un acuerdo entre la oposición y el régimen, podrían llevar a una solución pacífica y negociada", manifestó. (I)