Hace una década, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció el acceso al agua y al saneamiento como derechos humanos. Sin embargo, miles de millones de personas aún carecen de estos servicios básicos, según una nota de la agencia de noticias de la ONU.

La publicación recoge declaraciones del relator especial sobre esas garantías fundamentales, Leo Heller, con las que lamenta esa situación: “(La pandemia) nos ha enseñado que dejar atrás a las personas que más necesitan los servicios de agua y de saneamiento puede conducir a una tragedia humanitaria”.

El funcionario añadió que debe ser proritario el objetivo de dotar de esos servicios a la población desatendida para “construir sociedades justas y humanas”.

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Más de la mitad de la población sin saneamiento

El relator especial sostuvo "que los países no parecen estar listos para lograr los objetivos relativos al agua, el saneamiento y la higiene para 2030". Aseguró que una de cada tres personas sigue sin poder acceder al agua potable y más de la mitad de la población mundial carece de acceso a un saneamiento seguro.

Heller hizo un llamado a los países para que aceleren las acciones para cubrir estas necesidades, pues la cifras son alarmantes. "Unos tres mil millones de personas no disponen de instalaciones básicas para el lavado de manos con jabón y agua, y más de 673 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre. Esta situación inaceptable causa 432 000 muertes debidas a la diarrea cada año", se detalla en la publicación. (I)