El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó el martes la primera ejecución de un convicto por delitos federales en 17 años, apenas seis horas después que el Tribunal Supremo anulara la objeción de una jueza al procedimiento usado en la aplicación de la pena capital.

"Ley y orden", declaró Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter poco después de que se conociera la decisión del Tribunal Supremo de dar vía libre a las ejecuciones.

Las autoridades en la prisión federal de Terre Haute (Indiana) ejecutaron a Daniel Lewis Lee, un exsupremacista blanco condenado en 1999 por la tortura y asesinato en 1996 de los tres miembros de una familia, cuyos cuerpos arrojó a un lago en Arkansas.

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"He cometido muchos errores en mi vida, pero no soy un asesino", dijo Lee en su declaración final. "Están matando a un hombre inocente", agregó.

La última ejecución federal antes que la de Lewis Lee había tenido lugar en 2003 y actualmente quedan 61 presos condenados a la pena capital por el Gobierno federal, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés).

Entre ellos figuran el condenado por los atentados del maratón de Boston de 2013, Dzhokhar Tsarnaev; y Dylann Roof, sentenciado a muerte por el asesinato de nueve feligreses afroamericanos en una iglesia de Charleston, en Carolina del Sur, en 2015; aunque ambos se encuentran en el proceso de apelación legal.

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"Para esta semana hay programadas otras dos ejecuciones: Wesley Ira Purkey, el miércoles, y Dustin Lee Honken, el viernes. Keith Dwayne Nelson será ejecutado en agosto", indicó Infobae.

Wesley Ira Purkey violó y asesinó a una niña de 16 años, cuyo cuerpo desmembró, quemó y arrojó a un tanque séptico. También mató con un martillo a una mujer de 80 años de edad.

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Dustin Lee Honken asesinó a tiros a cinco personas. Mientras, Keith Dwayne Nelson confesó que secuestró a una niña de diez años, la violó y asesinó. Sería ejecutado a fines de agosto próximo.

Reanudación de la pena capital en Estados Unidos

La reanudación de la aplicación de la pena capital federal contrasta con la tendencia registrada en Estados Unidos en los últimos años, con la reducción progresiva de las ejecuciones, cada vez más concentradas en los estados conservadores del sur del país.

De hecho, varios estados han abolido recientemente la pena de muerte, hasta llegar a los 22 de los 50 que tiene el país. El último fue Colorado, que la suspendió en marzo.

Después de que el Gobierno de Trump anunciara la vuelta de la pena capital a nivel federal, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) criticó la decisión al asegurar que el Departamento de Justicia está "de nuevo en el lado equivocado de la historia".

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"El sistema federal de la pena de muerte no funciona y es racista, inefectivo y cruel (...) y esta decisión nos devuelve el país décadas atrás", afirmó en un comunicado.

El DPIC, que recopila información sobre la pena de muerte, aseguró que "desde 1973 más de 160 personas que fueron acusadas erróneamente y condenadas a muerte en EE.UU. han sido posteriormente exoneradas". (I)