Al menos ocho civiles, entre ellos cinco niños, murieron este martes en un bombardeo de aviones rusos en una localidad del noroeste de Siria cercana a Idlib, que alberga a desplazados de guerra, anunció el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Los aviones tomaron por blanco la aldea de Jubass, cerca de la localidad de Saraqeb, en el sur de la provincia de Idlib, y en el bombardeo murieron civiles que se habían refugiado en una escuela y sus alrededores.

Desde el 16 de diciembre, las fuerzas del régimen, apoyadas por la aviación rusa, intensificaron sus bombardeos en esta región en la que se registran además violentos enfrentamientos terrestres con grupos yihadistas y rebeldes.

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Desde el jueves, las fuerzas afines al presidente Bashar Al Asad se han hecho con el control de 46 pueblos de la zona, según el OSDH y se acercan ahora al sur de Idlib.

Sin embargo, el martes, los miliciantes yihadistas y grupos rebeldes les arrebataron el control de un par de localidades cercanas.

En la región de Idlib, los yihadistas del grupo Hayat Tahrir al-Cham (HTS) y de otros movimientos minoritarios tienen aún el control. En esta zona viven unos tres millones de personas, la mitad de ellas desplazadas de otras partes del país donde el régimen de Damasco ha retomado el poder.

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La guerra en Siria ha provocado, desde 2011, la muerte de unas 370.000 personas y millones de desplazados y refugiados.

El régimen sirio controla en este momento un 70% del territorio y se dice dispuesto a seguir la batalla hasta dominar el 100% de la región de Idlib. En abril, una vasta operación militar llevada a cabo con Rusia en esta zona sesgó la vida de 1.000 civiles y provocó el éxodo forzado de 400.000, según la ONU.

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Desde entonces, impera un alto el fuego teórico, pero los combates continúan. (I)