Una Red Empresarial por la Transparencia desde la cual se impulse la implementación de un programa para combatir al soborno en pequeñas y medianas empresas (pymes) es la iniciativa que surgió de una alianza entre el grupo Ecuador 2030 y varias empresas.

Ecuador 2030 es una especie de think tank (tanque de pensamiento) del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), cuyo presidente es Bruno Leone, vinculado al sector pesquero.

La Red se presentó en Guayaquil la semana anterior, pero ya está activa en Quito desde el 2018. Funciona así: una empresa grande o “ancla” propone a una o dos de sus pymes proveedoras (en su cadena de valor) para que utilicen herramientas antisoborno creadas por la ONG Transparencia Internacional (TI) y adaptadas a la realidad local, con la guía gratuita y técnica de un equipo de “mentores”, explica María del Carmen Salgado, directora Legal de Nestlé, una de las primeras empresas que se unió.

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Entre dichas herramientas están, por ejemplo, modelos de política antisoborno, de cláusulas antisoborno para contratos y de formularios para reportar conflictos de interés; además de material comunicacional para campañas de concientización.

En Quito, el proyecto piloto arrancó con ocho empresas “ancla” que llevaron a doce proveedores; en Guayaquil, se invitó a diez, que a su vez propusieron a otras veinte.

Pero se busca expandirlo; por ello la propuesta fue entregada a los gremios empresariales. E invitaron a grupos de la sociedad civil y a la academia.

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A través de encuestas ya se realizó la evaluación del programa en Quito; el 80 % de las empresas señaló que estaba satisfecho porque les servía para crear una cultura anticorrupción. En Guayaquil se evaluará dentro de 90 días.

Salgado indica que el programa no tiene ningún costo; algunas empresas han hecho contribuciones voluntarias. Así, entre otras, la consultora Opimmus pondrá “mentores”.

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Leone señala que en los debates de Ecuador 2030 (nombre ligado a la fecha tope de la ONU para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible) se describía a la corrupción como una “lacra” para el desarrollo de los países; de ahí que plantearon propuestas ‘aterrizadas’, como la Red para las Pymes.

“No queríamos ser como una Comisión Anticorrupción que denuncie, sino proponer procedimientos y esquemas robustos de manejo corporativo para evitar la corrupción. Queremos ir implementando pilotos de nuevas tecnologías e ir haciendo, en el camino, que más gente se involucre. Nestlé, por ejemplo, tiene sus propias políticas anticorrupción que ha integrado con su cadena de valor (proveedores). Si lográsemos contagiar a más empresas, lograríamos muchísimo”, dice.

Para el futuro, cuenta Leone, esperan lanzar una iniciativa que apunte a blindar las compras públicas a través de plataformas tecnológicas conocidas como ‘blockchain’ (bases de datos compartidas que promueven la transparencia).

Ecuador 2030 trabaja, además, en otros dos ejes: Nutrición-Educación y Productividad-Competitividad. Luis Bakker, de Pronaca, e Isabel Noboa, del Consorcio Nobis, están a cargo del primero; e Ignacio Bustamante, de la Cámara de Industrias de Quito, del otro.

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En estos ya se están planificando algunas iniciativas. (I)