La caída de ceniza del volcán Sangay sobre Azuay y Cañar generó ayer problemas respiratorios a los ciudadanos que se vieron obligados a cubrirse con máscaras o bufandas.

A pesar de que las autoridades insistían en que la alerta era baja, desde el Sistema de Monitoreo del Índice de Calidad del Aire de la Universidad del Azuay se determinó que la calidad del aire sobre la capital azuaya es “dañina”.

Cerca de las 11:00 se empezaron a generar las primeras alertas de la presencia de un material contaminante en el ambiente. Mientras la gente colocaba información en las redes sociales, recién pasadas las 12:00 las autoridades admitieron el hecho.

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Vanesa Illescas, quien vive en el barrio San Pedro del Cebollar, en el norte de Cuenca, salió con su pequeño hijo con una mascarilla para cumplir algunos trámites en el centro. Lo hizo para evitar que el niño se agrave de la congestión respiratoria que padece.

La coordinadora zonal de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos admitió que lo que sentía en Cuenca era la ceniza del volcán Sangay que llegó desde Morona Santiago.

Por esta reactivación, el volcán está con alerta amarilla desde la semana pasada. Según imágenes del ECU911 la nube de ceniza se dirigió con dirección sur-occidente. La terminal aérea suspendió por la tarde las operaciones.

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Desde el Sistema de Monitoreo del Índice de Calidad del Aire de la UDA se mostraba el incremento de la concentración de microgramos, es decir, cantidad de contaminantes suspendidos en el aire.

A las 08:00 el índice era 7, a las 11:00 se elevó a 50 y a las 13:54 llegó a 142. Por lo que a través de la cuenta de Twitter de la Universidad se reportó que la calidad del aire en Cuenca es “dañino”. Sin embargo, desde la Gobernación y la Secretaría de Riesgos se informó que el nivel de alerta es bajo. (I)