Las llantas son uno de los elementos más importantes del vehículo y los únicos que tienen contacto con el suelo. Por ello, se convierte en un factor clave que requiere de cuidados por durabilidad y seguridad.

Así lo indican expertos, quienes aseguran que los hábitos de conducción definirán el tiempo de desgaste del neumático.

“Si la persona que conduce el vehículo tiene arranques rápidos, la llanta no va a durar; o también cuando se arrima a las veredas la va desgastando  (…), todo eso influye”, dice Jacqueline Borbor, quien aconseja respetar los límites de velocidad y evitar “frenar a raya”.  Con esto concuerda el también experto en neumáticos Wilmer Bajaña: “Hay que verificar cómo está el neumático y no esperar a que la llanta se resbale en la superficie, lo que generaría accidentes”. 

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En el país, la profundidad de banda mínima que debe tener una llanta es 1,6 milímetros. Por debajo de esta medida al neumático se lo considera ‘desgastado’. Implica un riesgo al conducir, especialmente en terrenos húmedos.

La Ley de Transporte Terrestre y Seguridad Vial, en su artículo 172, prohíbe la circulación con esa medida e impone sanciones.

Bajaña y Borbor sugieren realizar un análisis para la compra y posterior mantenimiento del neumático. 

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Primero, buscar una llanta con el diseño adecuado al vehículo y acorde con las necesidades. 

Para esto Bajaña aconseja responderse tres preguntas: qué vehículo tengo, qué recorridos hago y en qué superficie, para luego elegir el neumático.

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Los expertos señalan que en el mercado existen diversos tipos de llantas. Tales como HT o Highway Terrain, para terrenos asfaltados y por lo general van dirigidos para autos de la ciudad; AT o All Terrain, destinados para un terreno con mayor fuerza, es decir, de tierra, arena, piedras, entre otros. Es ideal para camionetas. Y los MT o Mud Terrain, para todo terreno.

También aconsejan inspeccionar los indicadores de desgaste: unos pequeños “resaltos” en los canales de la llanta que permiten conocer cuándo el neumático llega a su nivel mínimo. 

Si el conductor maneja a diario, por más de 10 horas, recorriendo 7000 km cada mes, se recomienda revisar las llantas una vez al mes o cada 5000 km hacer que las vea un técnico profesional. En cambio, un conductor que utiliza su auto para trasladarse desde su casa al trabajo durante cinco días, se sugiere inspeccionarlas cada tres meses y por 10 000 km.

 

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Otra de las recomendaciones es controlar la presión de aire. Se aconseja revisarlo al menos una vez al mes para vehículos de casa y cada quince días para unidades de una compañía de transporte.

“La presión de aire es vital para evitar los famosos chichones o bolas”, señala Borbor y agrega que una carga correcta, que es distinta para cada tipo de vehículo, genera menos consumo de combustible.

Entonces ¿cómo saber si la presión de aire es correcta? Los especialistas comentan que en el lateral de la llanta está el indicador PSI, que explica presiones mínimas y máximas.

También sugieren otras revisiones, entre ellas, la alineación, que consiste en ajustar el mecanismo de dirección. Y el balanceo, que permite que la rueda gire sin provocar vibraciones en los autos a determinadas velocidades. La rotación, cambiar las llantas delanteras por las posteriores, una sola vez, cada 10 000 kilómetros es otro consejo. 

 Bajaña señala que no solo hay que cuidar las llantas de uso, sino también la de emergencia. (I)