Los incendios registrados en lo que va de 2019 en el Pantanal brasileño, un santuario de la biodiversidad compartido con Paraguay y Bolivia, aumentaron 334% respecto al mismo periodo del año pasado, llevando a dos estados brasileños a declarar el estado de emergencia. 

Los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) localizaron 4.515 focos de incendio entre el 1 de enero y el 11 de septiembre en el Pantanal, el mayor humedal del planeta, frente a los 1.039 que se declararon hasta la misma fecha en 2018. 

El estado de Mato Grosso del Sur declaró este jueves el estado de emergencia, que permite desbloquear con mayor presteza fondos para luchar contra catástrofes naturales, siguiendo el ejemplo del vecino Mato Grosso, que hizo lo mismo el martes. 

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El Pantanal es una llanura aluvial al sur de la selva amazónica, que se anega en un 80% durante la estación húmeda entre diciembre y mayo. Acoge una fauna muy diversa y se sitúa en un 62% en territorio brasileño, en los estados de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur (centroeste); un 20% en el norte de Paraguay y un 18% en Bolivia. 

El gobierno de Mato Grosso del Sur indicó el jueves que habían ardido más de un millón de hectáreas en su territorio, sobre todo en la zona del Pantanal. 

El estado de emergencia permitirá "obtener fondos y el apoyo del gobierno federal para controlar de forma urgente los incendios forestales", explicaron las autoridades locales en un comunicado. 

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Tras la estación húmeda, la vegetación se vuelve más vulnerable ante el fuego. 

Según expertos consultados por el portal de información G1, una caída del régimen de lluvias (-25% respecto al año pasado), una reciente ola de calor y vientos fuertes explican en parte el aumento de los focos de incendio. 

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Pero, como en la Amazonía, los incendios son provocados sobre todo por el ser humano, para desbrozar zonas deforestadas. 

Los graves incendios forestales que afectan a la Amazonía provocaron tensiones internacionales en las últimas semanas, después de que varios países cuestionaran la política medioambiental del presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro. (I)