El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, organizó este jueves una 'cumbre' en la Casa Blanca para denunciar la 'deshonestidad' de las redes sociales, que según él son culpables de colusión con la izquierda. 

Este encuentro, del que la administración Trump ha brindado pocos detalles, se llevará adelante sin la participación de los principales actores del sector, pero con representantes del conservadurismo más crítico con Silicon Valley. Google, Facebook y Twitter no fueron invitados al evento, confirmaron sus representantes.

"Un gran tema hoy en la White House Social Media Summit será la tremenda deshonestidad, parcialidad, discriminación (...) que practican algunas compañías", escribió Trump en su cuenta de Twitter. También ha insinuado que las compañías podrían estar actuando de forma ilegal y que deberían ser demandadas por las autoridades reguladoras de Estados Unidos.

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"No les permitiremos salirse con la suya mucho más", agregó, antes de lanzar un nuevo ataque contra los medios que califica como "Fake News" y que consideró ni tan "importantes ni poderosos" como las redes sociales, que, a su juicio, han perdido "tremendamente su credibilidad"

En la 'cumbre' participan, por ejemplo, PragerU, que publica habitualmente videos desde una perspectiva de derecha, y TurningPoint USA, una organización que sostiene que las universidades estadounidenses son centros de "propaganda izquierdista". El jefe de Project Veritas, organización que se jacta de haberse infiltrado en los gigantes de Silicon Valley para demostrar que tiene una marcada tendencia hacia la izquierda, también confirmó que fue invitado.

Para Daniel Castro, vicepresidente de la Information Technology and Innovation Foundation (ITIF), el riesgo de esta llamada 'cumbre' está en que puede otorgar 'legitimidad' a "personalidades excéntricas". 

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La reunión se realiza en un momento delicado para los gigantes estadounidenses de la tecnología, acusados de censura por los sectores conservadores y de no hacer lo suficiente para erradicar de sus plataformas los contenidos con mensajes de odio

Trump tiene unos 61 millones de seguidores en Twitter y ha acusado a la red social de "complicarle mucho a la gente unirse a mí" y "complicarme mucho más a mí hacer llegar el mensaje".

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Trump fustiga constantemente a la prensa y lo volvió a hacer el jueves, al tuitear que las "Noticias Falsas no son tan importantes, ni tan poderosas como las Redes Sociales" y pronosticó que estos medios de comunicación tradicionales "rápidamente se quedarán sin negocio" cuando él deje el puesto. Afirmó que "incluso las Redes Sociales se quedarán sin negocio" si pierde en 2020. (I)