Las prácticas comunes en el campo incluyen desperdiciar 20% de la producción de carne y 45% de la producción de frutas y verduras, dice la FAO. Algunas escuelas de cocina en Ecuador enseñan a sus estudiantes que tendrán 30% de desperdicio en sus preparaciones, me comentó un restaurador. Autoservicios, patios de comida, hoteles y mercados en Guayaquil desperdician hortalizas, frutas, panes, arroz, carne, embutidos y lácteos, dice estudio de CEMDES. Mientras 1.000 millones de personas sufren de hambre.

¿Cómo hacemos conciencia? ¿Cómo motivamos a la acción?

Empecé a escribir sobre el desperdicio y creé el hashtag #queDesperdicio. Pero en un país que lee poco y ve mucho material audiovisual en redes, no era suficiente. Puse videos tipo snack content en Instagram y funcionó mejor. Y por eso escribí Onceavo mandamiento.

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Steven Bocho –productor y escritor de serie de TV– decía que una película “acelera la comunicación de las palabras”.

Onceavo mandamiento es la historia de un ganadero ambicioso que descubre que la fortuna no está en el dinero sino en una conciencia limpia. Para llegar a esa conclusión el protagonista debe enfrentar un importante conflicto moral.

Usted, ¿cree que es posible conciliar fuerzas antagónicas?

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La vida es un proscenio, decía Shakespeare. Somos actores y actrices. Y es el drama, la emoción, lo que nos motiva a actuar. Como a José, el protagonista.

José debe tomar una decisión respecto a sus prácticas empresariales cuando un peón de su hacienda le pide ayuda. ¿Qué hará?

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Decidí mantener la historia humana en el centro de la problemática ambiental porque –al final– el desperdicio, la contaminación o el calentamiento global son cuestiones humanas.

Estoy convencido de que las películas o las series tienen el poder de impactar en la sociedad. Son la mejor herramienta para evidenciar los conflictos de nuestras bases morales (como cuidar o dañar el ambiente). Así ayudan a dirigir las decisiones que tomamos.

Por eso quiero invitarlos a que sigan a José en su historia. Cada semana, durante 10 semanas, acompañen a José a enfrentar sus conflictos morales, empresariales, humanos. Y no importa si aprenden a amar u odiar al protagonista… siempre que –al final– ustedes y yo coincidamos en que desperdiciar es como un pecado.

Para conocer más el problema del desperdicio de alimentos, de manera impactante y lúdica, a partir de mañana 5 de junio vean la miniserie Onceavo mandamiento en www.onceavomandamiento.com. (O)

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