El financiamiento ilegal de campañas electorales en Ecuador se ha paseado por los pasillos del Consejo Electoral (CNE) como un elefante al cual, sin embargo, nadie ve y, peor, atrapa. Una es la contabilidad que se registra de manera oficial y otra la que, fuera del control estatal, administra los aportes reales que llegan a buena parte de las candidaturas.