Con una misa campal y con un concierto en el que tocarán siete bandas de rock se conmemorará en el Parque de las Diversidades, en el sur de Quito, los once años de la muerte de 19 jóvenes en un incendio producido al interior de la discoteca Factory.
Desde las 09:00 de este sábado 27 comenzaron las actividades, que buscan colocar en el ojo público la discusión de una tragedia que pudo haber sido evitada si las instancias privadas, públicas municipales y estatales cumplían las normativas que existían, indica Marcelo Negrete, organizador del denominado Factory Nunca Más.
"Si bien luego de la lucha que generamos se abrieron espacios, conseguimos que se haga un Parque de las Diversidades. Lastimosamente en cada administración municipal las reglas van cambiando y estamos regresando al mismo proceso en el que se originó el Factory. Hay muchos conciertos clandestinos, como las denominadas caídas. Como los jóvenes no tienen un espacio para el esparcimiento, para la cultura, usan espacios clandestinos en donde les dan chance para hacer sus actividades", afirma Negrete.
La muerte de las 19 personas ocurrió el 19 de abril del 2008, cuando al interior de un galpón -que no mantenía las condiciones mínimas de seguridades en temas de construcción, ni de ubicación- se realizó un concierto de rock gótico llamado Ultratumba 2008. Como parte del show al que asistieron unas 300 personas, una de las bandas usó fuego en su acto, el mismo que generó un incendio que se propagó inmediatamente por la esponja del techo y las telas del escenario.
Negrete recuerda que once años después de la tragedia no existe ni un responsable en el tema penal, cultural, ni político.
Para Pedro Subía estos once años han sido de impunidad total. Subía es padre de Diego, uno de los jóvenes fallecidos y que al momento del incendio tenía 22 años.
Él asegura que la justicia ha brillado por su ausencia en todos los juicios que los familiares de los fallecidos mantienen contra el Municipio de Quito, los organizadores... "Han pasado once años y nadie quiere dictaminar nada, parece que han muerto unos perritos o como si la vida de la gente no les importara", dice Subía.
De Diego, recuerda su padre que fue una de las personas que ayudó a sacar a gente de la discoteca Factory cuando se dio ya el incendio. De lo que le han contado amigos de su hijo, señala Subía, él en uno de esos intentos para auxiliar a una pareja ya no pudo salir del local que estaba en llamas y con asfixiante humo.
Diego en ese entonces tenía un hijo de cuatro meses, el cual esta mañana acompañaba a su abuelo en la misa en memoria a su padre.
Las jornadas "de memoria y justicia" iniciaron con un plantón en la Plaza Grande, en el centro de Quito, el jueves 19 de abril, y siguieron con actividades de debate en foros sobre justicia y espacio público.
"Le recordamos a la ciudad que aquí la exclusión y la discriminación mató gente, a 19 chicos que vinieron a un concierto de rock. (...) Vemos que todavía la ciudad no entiende lo que pasó en la discoteca Factory, parece que hay que trabajar en cuestiones de políticas públicas, culturales, temas de derecho", concluye Negrete.
En el ingreso principal del concierto, integrantes del Factory Nunca Más, intercambiaban libros nuevos y usados por entradas a escuchar a los grupos de rock participantes. Según Negrete, este material ayudará a conformar la primera biblioteca comunitaria rockera en la ciudad. (I)