Un análisis de Benedicto XVI en el que asegura que una de las causas de los escándalos de pederastia en la Iglesia es la revolución sexual de 1968 fue duramente criticado el viernes por los expertos, que recuerdan que la cuestión remonta a los primeros siglos del cristianismo.

"Identificar en los 1960 el inicio del fenómeno de abusos sexuales está totalmente rebatido por todos los estudios científicos disponibles", afirma Massimo Faggioli, profesor de historia del cristianismo en la universidad estadounidense de Villanova. Y menciona "escritos de los padres de la Iglesia de los primeros siglos".

"Existe una extensa literatura histórica y jurídica sobre el fenómeno", insiste en un blog.

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El vaticanista italiano Marco Politi también se muestra perplejo respecto a las declaraciones del teólogo alemán Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), conocido por su erudición.

"Sabe que la pederastia ha acompañado toda la historia de la institución eclesiástica, lo único que esto ha sido escondido de forma obstinada siglo tras siglo. Ratzinger sabe que el concilio de obispos españoles de Elvira en 306 condenó a los 'violadores de chicos'", recuerda.

La teóloga francesa Marie-Jo Thiel, quien acaba de publicar una voluminosa obra llamada La Iglesia católica frente a los abusos sexuales a menores, también menciona un texto de 1741 del papa Benedicto XIV (1740-1758) contra los abusos sexuales.

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En un texto de 18 páginas publicado en Klerusblatt, mensual bávaro destinado al clero, el papa, quien renunció hace seis años, sale de su silencio cuando la Iglesia está en la mira de las críticas por la revelación de escándalos sórdidos en Estados Unidos, Chile, Australia y Europa.

Benedicto XVI explica que la revolución de 1968 abogó por una "total libertad sexual" sin "normas", que hacía que algunos consideraran la pederastia como algo "permitido y apropiado".

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También alude al hundimiento de la fe en Occidente para explicar los escándalos vinculados a los sacerdotes pederastas.

"Es verdad que la sociedad de los años 1960 se caracterizó por una crisis de la autoridad y una permisividad sexual. Pero este contexto no es suficiente para explicar esta crisis", recalca Marie-Jo Thiel, en un texto el diario francés La Croix. Y "si la pederastia es debida a una falta de fe, ¿por qué, entonces, hay tantos sacerdotes entre los abusadores?".

¿Papa manipulado? 

Varios especialistas se preguntan si Benedicto XVI, a punto de cumplir 92 años, estaría influenciado, o quizás manipulado, ya que el papa emérito se había comprometido a mantenerse discreto para no dar la impresión de que existía una autoridad paralela a la del papa Francisco.

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Para Marco Politi, "hay algo que no va con el panfleto" de Benedicto XVI, incluyendo el momento de la publicación, unas semanas después de una cumbre histórica de obispos sobre el tema, aunque su difusión tuvo el visto bueno del Vaticano.

"El papa emérito tendría que haber elegido el silencio", estima, "en los momentos más importantes, se tiene que oír una única voz (...) sino se crea confusión".

Según este especialista, Benedicto XVI podría estar bajo la influencia de los cardenales alemanes ultraconservadores Walter Brandmüller y Gerhard Müller, exguardián del dogma en el Vaticano no renovado por el papa argentino, "implicados en una amplia operación de distracción para endosar los pecados de pederastia en el seno de Iglesia a la cultura gay y a la pérdida de la fe". Estos prelados forman parte de una bando tradicionalista, nostálgico de Benedicto XVI.

Para reflejar una cierta "disolución de la enseñanza de la Iglesia", Benedicto XVI también menciona que "camarillas homosexuales se desarrollaron en diferentes seminarios, actuando más o menos abiertamente", en los años 1960.

Massimo Faggioli tiene dudas también sobre la misteriosa transmisión del texto en primicia a varios medios estadounidenses, cercanos de los círculos anti-Francisco. Otros expertos se preguntan si el papa emérito es el auténtico autor del análisis.

En cambio, el muy tradicionalista cardenal guineano Robert Sarah se congratuló por el texto.

"Tenemos que dar gracias al papa emérito Benedicto XVI de haber tenido la valentía de tomar la palabra. Su último análisis de la crisis de la Iglesia me parece de una importancia capital", afirmó en Twitter este miembro de la Curia Romana. (I)