Sobre la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, recaía el lunes una intensa presión para renunciar como vía para romper el bloqueo en torno al Brexit y lograr apoyos para su acuerdo de divorcio con Bruselas.

May celebró una reunión de urgencia con su gobierno luego de que la Unión Europea concedió a Londres una demora en su salida del bloque con la esperanza de que los enrocados políticos británicos puedan encontrar una solución a la crisis.

Bruselas, sin embargo, no cuenta con que eso ocurra. La Comisión Europea dijo el lunes que completó la planificación para un Brexit “sin acuerdo”, una salida que considera “cada vez más probable”.

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El diario más vendido de Gran Bretaña, The Sun, aumentó la presión sobre May pidiendo su renuncia en la portada con el titular "Time's up, Theresa" (“Se acabó el tiempo, Theresa”).

Casi tres años después de que los británicos votasen a favor de abandonar la UE, Bruselas tomó el control del calendario para el Brexit la semana pasada para evitar una caótica salida a finales de mes que sería perjudicial tanto para el mayor bloque comercial del mundo como para Gran Bretaña.

El nuevo plazo

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Durante dos años, el 29 de marzo de 2019 era el día en el que Gran Bretaña se marcharía de la UE. Ahora, si el parlamento británico da luz verde al pacto de divorcio forjado entre May y Bruselas, el Brexit se completará el 22 de mayo. Si no, las autoridades británicas tienen hasta el 12 de abril para comunicarle al bloque qué planes tiene: salir sin acuerdo, cancelar el Brexit o tomar un nuevo camino.

May espera volver a presentar su pacto, que fue rechazado en dos ocasiones, de nuevo a la Cámara de los Comunes esta semana para una tercera votación. Pero tiene pocas opciones de que se apruebe a menos que logre el respaldo de los legisladores proBrexit de su Partido Conservador.

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En una reunión celebrada el domingo en la residencia de campo de la primera ministra, Chequers, destacados “brexiteers” le dijeron a May que podrían votar a favor si acepta dar un paso atrás para que un nuevo líder se haga cargo de la siguiente fase de las negociaciones, que determinarán la futura relación entre Londres y Bruselas.

Por su parte, los legisladores se preparaban para debatir propuestas para una serie de votaciones sobre alternativas al pacto de la primera ministra, lo que podría arrebatarle al gobierno el control de proceso. (I)