Un corazón que “pierde la orientación”, “un corazón sin brújula es un peligro público: es un peligro para la persona y para los otros. Y un corazón toma este camino equivocado cuando no escucha, cuando se deja arrastrar, llevar por los dioses, cuando se vuelve idólatra”, dijo este jueves el papa Francisco en la misa en la Casa de Santa Marta.