Arnaud Peral, representante de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ecuador, recibe a EL UNIVERSO para explicar el alcance de la propuesta del presidente Lenín Moreno de crear una comisión internacional de lucha contra la corrupción. Adelanta que se abrirá una oficina de la Agencia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en Ecuador, pero subraya que no será igual a la Comisión contra la Impunidad de Guatemala (Cicig), que terminó en disputas con ese Gobierno.

¿Cuál será el rol de la ONU en la iniciativa de Moreno?

No empezamos de cero. A mediados de 2017 se firmó un acuerdo con la Unodc.

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Hoy la propuesta es más concreta.

Sí, se solicitó la apertura de una oficina (permanente) de la Unodc en Ecuador.

¿Se la abrirá?

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Sí, aunque se deben definir plazos, perfiles, plan de trabajo... Entendemos que habría un esfuerzo fiscal para el inicio, pero se buscaría respaldo internacional para sostenerla. Muchos piensan que sería como la Cicig.

¿Cuál es la diferencia?

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La Cicig tiene como característica la posibilidad de investigar. Tiene una competencia supranacional que requirió de una consulta constitucional para darle atribuciones que, normalmente, son de los órganos de los países.

La Cicig podía investigar y judicializar las denuncias.

Es una gran diferencia.

¿Cuál sería el alcance aquí?

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La solicitud es abrir la oficina para asistencia técnica en metodologías, buenas prácticas en rastreo y recuperación de dinero. No para investigar.

Guatemala dejó lecciones.

No hay un interés en replicar ese modelo; la Cicig implicó un esfuerzo enorme: unas 150 personas y unos $ 15 millones al año. Es casi como montar una fiscalía. En Ecuador, la agencia construirá sobre lo que ya existe, no va a sustituir los esfuerzos nacionales.

¿Cómo percibe a la corrupción en Ecuador?

Es un flagelo global. Como en la región, lamentablemente, hay debilidades estructurales en el manejo de recursos públicos, insuficiente agilidad y capacidad de los órganos de control, una justicia que al ser demasiado lenta termina generando impunidad, falta mayor transparencia, por ejemplo, en los procesos de contratación pública...

¿Qué garantiza independencia frente al gobierno de Moreno?

No somos una caja de resonancia. Si hay que decir algo, lo diremos. Es la ventaja de no depender de ciclos políticos.

¿No percibe poca confianza en la instituciones por parte de los propios ecuatorianos?

Precisamente, este llamado a la ONU muestra una percepción de desconfianza hacia autoridades e instituciones. A nosotros nos llaman muchas veces por asistencia técnica, pero también para generar confianza. Al final de cuentas, como ciudadanos, dependemos de esas instituciones y necesitamos que funcionen bien.

Esa desconfianza también es una alerta.

En la última década, las alternancias políticas en América Latina generaron una polarización de la que los mismos medios y partidos políticos se han hecho eco; en las redes sociales hay un desborde de insultos; llega un gobierno y el otro tiene que defenderse. Así no se avanza; hay retos que requieren consensos, pero mirando hacia adelante, no hacia atrás. (I)

 

Sobre el plan prosperidad y el monitoreo de la inversión social, quería aclarar que nosotros no fuimos parte de la negociación del acuerdo con el FMI. De hecho, todavía no tenemos todo el detalle”, Arnaud Peral, representante de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ecuador.