Juristas, abogados, políticos, gobernantes y demás responsables de las leyes en el país celebraron por primera vez la tradicional Misa Roja, ceremonia que se efectuó la noche del pasado martes en la Iglesia de la Compañía de Jesús de Quito.

La eucaristía, que se remonta a más de 700 años de historia en el mundo, fue presidida por el arzobispo de la Arquidiócesis de Quito y primado del Ecuador, Mons. Fausto Trávez, y concelebrada por su obispo auxiliar, Mons. Danilo Echeverría; el secretario de la Nunciatura Apostólica del Ecuador, padre Federico Boni, entre otros.

Durante la homilía el arzobispo Trávez invitó a los juristas y abogados a trabajar por la verdad y a dar la vida por leyes justas, mientras que a los gobernantes y políticos les exhortó a actuar bajo la verdad moral y la conciencia cristiana.

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Según la abogada María José Luna, profesora de la Universidad de los Hemisferios y una de las organizadoras del evento, argumentó que este “acontecimiento histórico” para el Ecuador se realizó en las vísperas del día del abogado, que se celebró el 20 de febrero.

Sus orígenes datan del “año 1243, cuando el papa Inocencio IV realizó en Roma una misa para la Corte Judicial Eclesial, con la intención de invocar al Espíritu Santo para que ayude a los miembros de la Judicatura dándoles las luces y virtudes que necesitan en su labor. En 1245 se celebró en la capilla Sainte Chapelle (Nueva York), luego en Inglaterra, más tarde en Washington y el año pasado en Barcelona (España).

El propósito de esta celebración es dar gracias a Dios e invocar al Espíritu Santo como intercesor en cada tarea que desempeñan como juristas, abogados, políticos y gobernantes.

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Esta celebración se llama ‘Misa Roja’ porque “el color rojo representa tanto el fuego del Espíritu Santo que viene a dar luz, como la sangre vertida en el martirio de santo Tomás Moro. También era el color de las túnicas usadas por los jueces en la primera misa de juristas. En reflejo de aquello, las vestimentas sacerdotales y los ornamentos litúrgicos también serán rojos”, indicó la Arquidiócesis de Quito. (I)