Viviana Castro, moradora del barrio Amantes de Sumpa, en el cantón Santa Elena, despertó a las 06:00 de este viernes con la sorpresa de tener el agua al nivel de sus rodillas producto de la continua lluvia que luego terminó alcanzando su cintura.

Allí, personal policial le debió ayudar a sacar su cocina y más enseres. Su nevera no prendió más. Aquello fue parte de los estragos ocasionados por una prolongada lluvia caída en distintos poblados peninsulares.

Al menos tres viviendas se inundaron en el barrio Narcisa de Jesús de Santa Elena. Vecinos se quejaron de una construcción que habría cerrado un canal de aguas lluvias. Personal de la Empresa del Agua (Emasa) evacuó aguas estancadas con un hidrocleaner. 

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Al sector llegó el alcalde de Santa Elena, Rubén Bohórquez, quien señaló que las consecuencias del invierno fueron provocadas por la falta de mantenimiento de alcantarillas. Personal municipal y bomberos ayudaron en estas novedades.

En el sector Ademse, Martha Cobeña contó que el agua de las lluvias ingresó con aguas servidas que rebosaron de las alcantarillas del sector.

En Salinas, en la parroquia José Luis Tamayo, el agua se acumuló por varios tramos, y en Anconcito un deslizamiento de tierra provocó daños en una tubería de agua potable.

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En los alrededores del mercado La Libertad también quedó lleno de agua por el taponamiento de las alcantarillas. Mientras, en el sector Brisas de La Libertad se formó una piscina en las canchas metropolitanas. (I)