El papa Francisco reclama a los gobernantes de Panamá y de la región a que vivan con sencillez y que sus actos descarten la corrupción que salpica a la región.

En su primer acto en la sede de la cancillería panameña, el líder del Vaticano dijo a autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil que las nuevas generaciones exigen a sus líderes políticos a “vivir con austeridad y transparencia, en la responsabilidad concreta por los demás y por el mundo” y a “...llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción”.

El papa latinoamericano antes realizó una visita de cortesía al presidente Juan Carlos Varela en el cercano Palacio de las Garzas.

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Las palabras del pontífice resuenan en momentos en que varios países de la región latinoamericana, incluyendo a Panamá, se ha visto golpeada por el peor escándalo de corrupción en América Latina por los sobornos multimillonarios entregados por la brasileña Odebrecht para hacerse de jugosas obras públicas.

El papa Francisco llegó al palacio presidencial de Panamá para una visita al mandatario Juan Carlos Varela, en el inicio de sus actividades del jueves que culminarán por la tarde con su bienvenida a los miles de jóvenes que asisten a la jornada mundial organizada por la Iglesia católica.

Varela y su esposa Lorena Castillo recibieron al pontífice a la entrada de las escalinatas del Palacio de las Garzas, situado en el casco histórico de la capital y a orillas de las costas de la bahía de Panamá. Desde allí, Francisco se trasladará a un salón emblemático del edificio que alberga la cancillería para su primera reunión con autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil.

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El papa arribó la víspera para su primer viaje a una nación centroamericana. En los próximos cuatro días compartirá con más de 200.000 jóvenes de todo el mundo, principalmente llegados de los vecinos países centroamericanos, en la Jornada Mundial de la Juventud.

“¡Papa, Centroamérica te ama y espera tu bendición!”, se leía en una pancarta que un grupo de peregrinos mostraba en un sector del casco histórico por donde el auto con el pontífice pasaría.

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Honestidad y justicia

El pontífice exigió este jueves en Panamá honestidad y justicia en los actos de gobierno, al comenzar su primer día de actividades en una región salpicada por la corrupción y en medio de un repunte de la prolongada crisis política en la cercana Venezuela.

Tras realizar una visita de cortesía al presidente Juan Carlos Varela, el papa se trasladó a la cercana sede de la Cancillería en el casco histórico de la capital para reunirse con autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil, en un acto en el que no mencionó la nueva escalada de la crisis venezolana.

Pero sí resaltó que las nuevas generaciones reclaman a los adultos y gobernantes a llevar una vida “con austeridad y transparencia”.

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“Llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción”, señaló Francisco, quien enseguida se congregaría con los obispos de América Central y por la tarde tenía su primer contacto con los miles de jóvenes peregrinos que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud.

El primer papa latinoamericano llegó la víspera a Panamá, en su primer viaje a América Central, con el objetivo de dirigir y alentar esta semana a miles de jóvenes de la región y del mundo en el principal evento juvenil de la Iglesia católica.

El mensaje papal tiene lugar en momentos en que la clase política y gobernante de Panamá y de varios de países de América Latina ha sido manchada por el peor escándalo de corrupción, luego de que la constructora brasileña Odebrecht admitió que pagó multimillonarias sumas en sobornos para hacerse de jugosas obras públicas.

En el caso de Panamá, los sobornos alcanzaron los 60 millones de dólares durante la pasada administración del presidente Ricardo Marinelli (2009-2014), según la admisión de la empresa. El exgobernante está actualmente preso mientras se le procesa por acusaciones de espionaje político, en tanto que sus dos hijos, detenidos recientemente en Estados Unidos por problemas con sus documentos migratorios, son pedidos por la justicia panameña por el caso de los sobornos.

Existe desde hace mucho tiempo una alta percepción de corrupción en Panamá, según Transparencia Internacional.

“Ellos (los jóvenes) reclaman un compromiso, en el que todos ?comenzando por quienes nos llamamos cristianos? tengamos la osadía de construir ‘una política auténticamente humana’ que ponga a la persona en el centro como corazón de todo; lo cual impulsa a crear una cultura de mayor transparencia entre los gobiernos, el sector privado y la población toda”, resaltó Francisco.

Varela, quien se formó en un colegio de jesuitas y cuyo gobierno tampoco ha estado librado de cuestionamientos de corrupción, ensalzó la importancia de la visita del papa para los jóvenes en la región centroamericana, donde muchos siguen migrando de sus países debido a la pobreza y violencia.

“Su visita a Panamá llega en medio de importantes retos globales, en donde su mensaje trae una voz de aliento, de fe y esperanza a los jóvenes de los países que enfrentan conflictos políticos y sociales, crisis humanitarias, desastres naturales, violencia, desigualdad, problemas relacionados con el crimen organizado y la alternativa de una complicada y dolorosa migración”, señaló Varela.

“Con su mensaje y su presencia, usted deja sembrada una semilla en el corazón de nuestro pueblo, de los jóvenes”, agregó.

El papa no mencionó al menos en su primer acto oficial, la crisis política venezolana que se atizó justo cuando el obispo de Roma se dirigía hacia Panamá. En la víspera, el presidente de la opositora Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se proclamó presidente encargado al considerar que el mandatario socialista Nicolás Maduro usurpó el ejecutivo al tomar recientemente posesión para un segundo mandato, en una nueva jornada de manifestaciones masivas y de protestas mortíferas.

Guaidó recibió de inmediato el reconocimiento de Estados Unidos y varios países latinoamericanos. Maduro desconoció el acto del líder opositor, y rompió relaciones con Washington.

El Vaticano había dicho que el papa no se referiría a Venezuela en su viaje a Panamá, pero la reactivación de la crisis el miércoles en la nación socialista podría empujar a que el primer papa latinoamericano toque el asunto con Varela o en su contacto con los diplomáticos. (I)