Largas filas de camiones, carros livianos y buses son una constante en la carretera entre Ipiales y Pasto, la capital y eje comercial del departamento de Nariño, por lo que las autoridades piden a los viajeros considerar los trabajos de ampliación de la vía.

Antes de los trabajos, los 82 kilómetros que separan a estas dos ciudades se los podía recorrer, aproximadamente, en una hora. El paso está abierto; sin embargo, la Policía colombiana registra embotellamientos y los viajes tardan hasta el doble del tiempo regular. Para llegar a Pasto es obligatorio comprar el SOAT, a un promedio de 16 dólares.

Para estos días festivos, las autoridades recomiendan, además, planificar el viaje, puesto que en Ipiales la infraestructura hotelera es limitada y es difícil conseguir parqueadero, más aún en el centro. En Pasto hay más facilidades logísticas.

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También sugieren no dejar los vehículos cargados de compras sin vigilancia. (I)