La Casa del Abuelo, como se llama, es un museo viviente con tradiciones y saberes de los antepasados del pueblo negro o afro que residieron en el cantón San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, en la frontera con Colombia, en el norte del país.

Se trata de un museo tradicional que se construyó dentro de la unidad educativa del milenio Consuelo Benavídez, en el barrio El Pedregal, en la carretera San Lorenzo-Ibarra. Esta iniciativa tuvo el apoyo de docentes, padres y alumnos.

Willian Ballecilla, docente, cuenta que esta propuesta es parte del proyecto de etnoeducación que implementa el Ministerio de Educación, dirigido a grupos o comunidades de nacionalidades o pueblos que poseen una cultura, una lengua, unas tradiciones y unos fueros propios y autóctonos.

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La casa fue construida con materiales como madera, caña de bambú, techo de hojas de bijao o rampida. Juan Erazo, docente a cargo del proyecto educativo, junto a seis alumnos trabajaron en el levantamiento de este espacio.

La casa está ubicada a orilla del río Nadadero, que pasa por el interior de la unidad educativa. Con esto se busca enseñar a los alumnos que los mayores tenían sus casas junto al río o el mar, por el abastecimiento de agua, pesca o navegación.

A las comunidades se les solicitó la colaboración de algún recuerdo tradicional, como las bateas de lavar o recoger oro en el río, el canalete, la plancha de carbón, el catre, el altar de los santos, la estera, el baúl o ropero, los libros, el candil y otros. “La gente colabora, e incluso una madre de familia nos regaló las gallinas para tener el criadero debajo de la casa”, dice Viviana Mina, vicerrectora de este plantel.

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Por ejemplo, doña Elisa, de 90 años, residente de la parroquia Ricaurte y quien tiene un nieto estudiando en el plantel, obsequió unos canaletes de madera que utilizaba su familia.

Neisy Mina, rectora, asegura que esto es parte del aprendizaje ancestral de las costumbres y saberes del pueblo afro. Su historia y su participación en el desarrollo del país constan en una cartilla que acompaña a cada una de las antigüedades del museo.

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“El pueblo afroecuatoriano no es sola danza, fútbol o música, también tiene su trascendencia y por ello luchamos para que se incluya en el curricular educativo del M. Educación”, dice Juan Solórzano, docente.

Estos saberes también se ven en los planteles Eduardo Kingman y Fray Vicente Solano, en Monte Sinaí, Guayaquil. (F)