Este miércoles se conmemoraron seis años de la declaración del sombrero de paja toquilla como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La confección de este tipo de sombreros se realiza en las provincias de Manabí, Azuay y Cañar.

La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) incluyó a este tejido el 5 de diciembre del 2012 en la lista de patrimonios culturales debido a que la actividad es realizada por artesanos desde hace más de tres siglos. Con motivo de esa fecha se celebra el Día del Sombrero Ecuatoriano.

En su página web, la Unesco señala que el sombrero de paja toquilla se teje con las fibras de una palmera peculiar que crece en las costas del Ecuador. Los agricultores del Litoral cultivan los toquillales y recogen los tallos a fin de separar luego la fibra de la corteza verde, hirviendo esta última para eliminar la clorofila y secándola después con carbón de leña y azufre para que se blanquee.

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Agrega que con esta materia prima comienza el tejido de la copa y del ala del sombrero. La confección de un sombrero puede durar de un día a ocho meses, según su calidad y finura, señala.

En la comunidad costera de Pile los tejedores confeccionan sombreros extrafinos que requieren la existencia de condiciones climáticas específicas y un número exacto de puntos en cada hilera del tejido.

Finalmente se lava y se blanquea el sombrero antes de plancharlo y hornearlo.

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Añade la Unesco que las técnicas y conocimientos engloban una trama social compleja y dinámica que comprende, entre otros elementos, las técnicas tradicionales de cultivo y producción, las diversas formas de organización social y el uso del sombrero como parte de la indumentaria cotidiana y festiva.

Para las comunidades que la perpetúan, esta tradición artesanal constituye un rasgo distintivo de su identidad y un componente de su patrimonio cultural, concluye el informativo que se publica en la página web de la Unesco. (I)​​