El Ramo de Loterías de la Honorable Junta de Beneficencia de Guayaquil, con antecedentes ubicados en el siglo XIX y su primer sorteo en octubre de 1894, consta en la lista de las instituciones que por su utilidad constituyen el orgullo de la entidad mayor fundada por don Francisco Campos Coello en 1888 y de la metrópoli guayaquileña. La sede más conocida, en Vélez y Pedro Carbo, es la referente para esta evocación.

Los miércoles de cada semana, cuando aún no había otros sistemas adscritos a la misma lotería, el paisaje céntrico de la urbe alrededor de la plaza de San Francisco o Rocafuerte aumentaba su particular movimiento, pues numerosos ciudadanos se acercaban a seguir de cerca el tradicional sorteo que se iniciaba a las seis de la tarde (18:00), con la presencia de funcionarios de la JBG, vendedores de billetes, curiosos, etcétera.

Publicidad

Cuando los chiquillos y jóvenes sacaban de las ánforas las bolillas con los números para mostrárselas a los inspectores, notario asignado y público en general, el ambiente se tornaba mucho más inquieto con la ayuda de los altavoces y los comentarios de favorecidos y desafortunados, quienes habían esperado que la diosa Fortuna les trajera un aliciente económico por medio del premio mayor o del ‘guachito’ que tenían en sus manos.

Los sorteos con jugosos premios por Semana Santa, independencia de Guayaquil, Navidad, etcétera, solían cambiar de horario. Esto permitía que los asistentes aumentaran e incluso había despliegue policial para cuidar el orden. El ajetreo era mayor por la presencia de los medios de comunicación que pugnaban por lograr la primicia y dar a conocer el número del ganador o de los ganadores del ‘gordo’.

Publicidad

La atención que se daba al sorteo de la lotería no quedaba en los alrededores del edificio de Vélez y Pedro Carbo, pues los vecinos de la ciudad e incluso de otras provincias tenían la costumbre de sintonizar a alto volumen emisoras como CRE, que siempre los transmitió. En casas particulares, talleres de carpintería y mecánica, vulcanizadoras, etcétera, sus propietarios hicieron de este detalle una costumbre.

Debido a la modernidad, la tecnología y otros factores, se introdujeron cambios en la realización del tradicional juego de la lotería de Guayaquil. La implementación de otros sistemas determinó que aquel interés ciudadano no solo sea de los miércoles, sino de otros días de la semana. Con la denominación de Lotería Nacional, que incluye atractivos sorteos y promociones, continúa su historia de servicio. (I)

“Admiración será de un continente/ tu rápido crecer y tu grandeza,/ muestra ya con singular nobleza/ lauro inmortal ciñéndote la frente”.