Mientras se encuentran a la espera del traslado de los restos de los asesinados periodistas, los familiares anhelan que este proceso de identificación sea el inicio de un camino en la búsqueda de la verdad.

Tras cumplir las formalidades, los ataúdes con los cuerpos de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra deberán llegar a Ecuador alrededor de las 09:30 de este miércoles 27 de junio, a bordo de una nave de la Fuerza Aérea Ecuatoriana que fue enviada con el fin de traerlos junto a los familiares y a delegados gubernamentales.

Este martes por la tarde, en Cali, se desarrollará una primera capilla ardiente en su homenaje en la funeraria Capillas de la Fe.

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Mañana, ya cuando estén en el aeropuerto Mariscal Sucre de Tababela, se desarrollará una caravana con destino a una funeraria en el norte de la capital. Por la noche se organizará una capilla ardiente, cuyo acceso será exclusivo para familiares y amigos de los periodistas. El viernes está previsto que se organice otra capilla ardiente abierta al público, en una iglesia católica, pero este lugar aún no ha sido definido, según recoge diario El Comercio de Quito.

Ricardo Rivas, hermano de Paúl, ha dicho que quieren que "todos los ecuatorianos compartan con nosotros esta despedida. Somos un pueblo solidario y desde el principio nos han demostrado su apoyo, más en estos duros momentos”.

Además, los familiares han decidido que los tres cuerpos reposen en el mismo cementerio.

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En un comunicado publicado anoche, los familiares han insistido en su pedido de "no olvido, no impunidad, no repetición". Expresaron que este secuestro y asesinato no puede ser parte de la normalidad.

Anhelan que el informe forense que ha sido anunciado para los próximos días, permita contar una historia para esclarecer las circunstancias de su asesinato. Aunque sus cuerpos retornen, los familiares aseguran que no constituye un cierre o el final de esta historia.

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Protección a periodistas

"La entrega de los cuerpos del equipo periodístico de El Comercio es un paso hacia el esclarecimiento de los hechos", expresaron miembros de las organizaciones la Fundación para Libertad de Prensa, Fundamedios, Reporteros sin Fronteras.

"Apoyando a las familias, queremos que se consigan lo que ellos plantean. La siguiente etapa es que se diga la verdad y se haga justicia", dijeron en un comunicado.

Finalmente, las organizaciones de apoyo a periodistas dijeron que "el hallazgo de los restos también refuerza el llamado a los Estados para que tomen medidas efectivas para garantizar el derecho a informar acerca de la grave situación de derechos humanos que atraviesa la frontera colombo-ecuatoriana."

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El equipo periodístico fue secuestrado el pasado 26 de marzo en una zona rural de la parroquia ecuatoriana de Mataje, provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, a donde se había desplazado para cubrir la inseguridad creciente en la zona.

Poco después el grupo disidente autodenominado 'Frente Oliver Sinisterra', al mando de alias Guacho, asumió la autoría del secuestro y el 13 de abril el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, confirmó el triple asesinato. (I)